El gran inversor

El príncipe Alwaleed de Saudiarabia es el inversor individual más grande en Estados Unidos. Entrevistado por Kito de Boer (director de McKinsey), habla sobre el estado de las reformas en Arabia Saudita.

15 diciembre, 2006

Su nombre completo es Alwaleed Bin Talal Bin Abdulaziz Alsaud, pero en el Medio Oriente se lo conoce simplemente por Alwaleed. Este exitosísimo inversor internacional es sobrino del rey y el mayor inversor extranjero individual en Estados Unidos. En 1991 compró una participación de 14,9%de Citicorp (hoy Citigroup). Más recientemente respaldó a Bill Gates con US$ 3.700 millones para la toma de la cadena de hoteles Four Seasons.

Su imperio comercial actual incluye grandes inversiones directas (en bienes raíces, banca, minorismo, industrias y medios) en Arabia Saudita y otros países de la región y una cantidad de participaciones minoritarias en algunas de las empresas más prominentes del mundo. Algunas de ellas son: Fairmont Hotels and Resorts, News Corporation, Time Warner, The Walt Disney Company, Canary Wharf (en Gran Bretaña), Apple Computer y Motorola.

Considerado una de las personas más ricas del mundo, él mismo se describe como un puente entre las culturas occidental y árabe. Cuando de Boer le pidió que compare lo que está ocurriendo actualmente con los precios de los hidrocarburos y el último boom petrolero de los ’70, Alwaleed recordó que la primera vez que el precio del petróleo pegó un gran salto hacia arriba los países del golfo se lanzaron de boca a cantidad de proyectos de construcción, muchas veces sin un debido análisis previo. Ahora los gobiernos tratan de actuar con más precisión. Además, como en los ’80 y ’90 se instaló gran parte de la infraestructura básica – aeropuertos, rutas, universidades, ec. — ahora las autoridades pueden dedicarse a cosas que impacten en la estructura social, como reducir el desempleo, por ejemplo. O construir viviendas para los pobres. Ahora que se ha reducido notablemente la deuda externa nacional, el grueso del dinero excedente se va a canalizar hacia nuevas industrias con valor agregado que garanticen buen ingreso en el futuro.

Alwaleed explica que desde el momento en que el Rey Abdullah accedió al trono del reino hace una año, inició grandes reformas políticas, sociales y económicas. Arabia Saudita es un país gigantesco con muchos sectores diferentes: el sector islámico, el sector político, la familia real, los conservadores y los beduinos. “Además, somos la vanguardia del Islam y tenemos la más grande población musulmana del mundo: 1.300 millones de personas que buscan liderazgo. Es difícil avanzar con reformas cuando hay tantos intereses diferentes enquistados. No quiere decir esto que yo sea un defensor del status quo. Para nada. Me frustra que las mujeres no puedan manejar (no somos el único país del mundo en eso) y que si bien es legal comprar un video y verlo en la pantalla chica, no tenemos cines. Esos pueden ser temas domésticos, pero son importantes.”

Su nombre completo es Alwaleed Bin Talal Bin Abdulaziz Alsaud, pero en el Medio Oriente se lo conoce simplemente por Alwaleed. Este exitosísimo inversor internacional es sobrino del rey y el mayor inversor extranjero individual en Estados Unidos. En 1991 compró una participación de 14,9%de Citicorp (hoy Citigroup). Más recientemente respaldó a Bill Gates con US$ 3.700 millones para la toma de la cadena de hoteles Four Seasons.

Su imperio comercial actual incluye grandes inversiones directas (en bienes raíces, banca, minorismo, industrias y medios) en Arabia Saudita y otros países de la región y una cantidad de participaciones minoritarias en algunas de las empresas más prominentes del mundo. Algunas de ellas son: Fairmont Hotels and Resorts, News Corporation, Time Warner, The Walt Disney Company, Canary Wharf (en Gran Bretaña), Apple Computer y Motorola.

Considerado una de las personas más ricas del mundo, él mismo se describe como un puente entre las culturas occidental y árabe. Cuando de Boer le pidió que compare lo que está ocurriendo actualmente con los precios de los hidrocarburos y el último boom petrolero de los ’70, Alwaleed recordó que la primera vez que el precio del petróleo pegó un gran salto hacia arriba los países del golfo se lanzaron de boca a cantidad de proyectos de construcción, muchas veces sin un debido análisis previo. Ahora los gobiernos tratan de actuar con más precisión. Además, como en los ’80 y ’90 se instaló gran parte de la infraestructura básica – aeropuertos, rutas, universidades, ec. — ahora las autoridades pueden dedicarse a cosas que impacten en la estructura social, como reducir el desempleo, por ejemplo. O construir viviendas para los pobres. Ahora que se ha reducido notablemente la deuda externa nacional, el grueso del dinero excedente se va a canalizar hacia nuevas industrias con valor agregado que garanticen buen ingreso en el futuro.

Alwaleed explica que desde el momento en que el Rey Abdullah accedió al trono del reino hace una año, inició grandes reformas políticas, sociales y económicas. Arabia Saudita es un país gigantesco con muchos sectores diferentes: el sector islámico, el sector político, la familia real, los conservadores y los beduinos. “Además, somos la vanguardia del Islam y tenemos la más grande población musulmana del mundo: 1.300 millones de personas que buscan liderazgo. Es difícil avanzar con reformas cuando hay tantos intereses diferentes enquistados. No quiere decir esto que yo sea un defensor del status quo. Para nada. Me frustra que las mujeres no puedan manejar (no somos el único país del mundo en eso) y que si bien es legal comprar un video y verlo en la pantalla chica, no tenemos cines. Esos pueden ser temas domésticos, pero son importantes.”

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