El drama de la infidelidad financiera

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¿Suena raro? Sin embargo, muchas parejas esconden información. Una encuesta realizada por YouGov reveló que el dinero es la mayor causa de tensiones en una pareja, más importante que las discrepancias sobre la crianza de los hijos o que el engaño amoroso.

Una encuesta realizada en Inglaterra en 2015 reveló que la tercera parte de la gente tiene o ha tenido una pareja que le ha ocultado deudas. Y más: uno de cada 10 cónyuges mantiene lo que llaman “fondo de escape” secreto de alrededor de 7.500 libras esterlinas.

 

Todas las combinaciones son posibles: el dispuesto s a vivir la vida a pleno y darse todos los gustos y ella precavida guardando para las épocas difíciles, o al revés. Como la fábula de la cigarra y la hormiga.

 

Lo cierto es que muchas parejas con se comunican bien sobre los asuntos financieros. Corrine Sweet, psicóloga y autora del libro “Stop Fighting About Money” cree que las parejas están más dispuestas a hablar de sexo que de dinero. Parecería que este último es el gran tabú. Sí, dice la autora, porque el dinero es poder y, en un nivel más importante, el dinero es supervivencia. Hay mucha ansiedad alrededor de eso.

 

Las posibilidades de conflicto aumentan por el hecho de que hoy el dinero mismo se ha vuelto invisible: cuentas online, tarjetas de comercios, tarjetas de crédito. Todo eso alimenta las divisiones.

  

Los consejos de Sweet, sobre qué hacer y qué no hacer para no pelear sobre finanzas:

 

Escribirse una carta o un email explicando lo que el dinero significa para uno y luego hablarlo personalmente.

 

No caer rápido en la discusión sino trabajar sobre las áreas donde coinciden.

Confrontar ambos poderes adquisitivos, y cómo cada uno se siente con eso. ¿El que gana más pretende tomar las decisiones? ¿El otro, o la otra, se siente intimidado/a o tranquilizado/a?

 

No hablar de dinero un viernes a la noche, o en una salida o después de haber tomado un trago. Fíjense una “cita” para charlar y hagan una charla breve y amable.

 

Hablen sobre sus patrones de gasto ¿Alguno de ambos esconde la cabeza en la arena? ¿Los excesos de una parte convierten a la otra en más controladora?

 

No tengan secretos, así se mata la confianza.

 

Hagan una revisión del dinero cada tres o seis meses. La situación financiera puede cambiar y la relación tiene que flexibilizarse ante eso.

 

No hay nada más romántico que ejercitar el músculo de la administración del dinero porque revelar las propias actitudes hace eso es una forma de revelar cómo es uno.

 

 

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