viernes, 27 de diciembre de 2024

El autocontrol como factor de éxito

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Un estudio del instituto de investigación Rotman de la universidad
de Toronto estableció que el mayor autocontrol que ejercen algunas
personas podría deberse a que tienen un cerebro más eficiente. Además,
quienes desde los primeros años de vida logran controlar sus impulsos
recogen mejores resultados en la vida.

 El mayor autocontrol podrían deberse a un cerebro mejor adaptado y, por lo tanto más eficiente. Así lo plantearon investigadores del Instituto Rotman de la universidad de Toronto que dicen que aquellos con mayor autocontrol pueden restringir mejor sus decisiones porque a su cerebro no les cuesta.

“Si el cerebro es eficiente puede ahorrar recursosâ€, explica Marc Berman, jefe del estudio que se publicó en la revista científica Nature Communications.

Para probarlo se valieron del famoso estudio del malvavisco, que se llevó a cabo por primera vez en la década del 60. A un grupo de niños de 4 años se les ofreció entonces la famosa golosina y les dieron dos opciones: podían comerlo inmediatamente o después de esperar 15 minutos, en cuyo caso obtendrían dos. Aunque parezca simple y lineal es bastante difícil para un nene de 4 años tomar esa decisión y aguantar el tiempo de espera.

Lo cierto es que a aquellos que esperaron les fue mejor en la vida: tuvieron mejores resultados en sus exámenes para entrar a la universidad (los famosos SAT), se pudieron mantener alejados de la drogas, su índice de masa corporal se mantuvo bajo y lograron mayor estabilidad financiera y emocional.

Para establecer estas conexiones Berman trabajó con 24 de los 600 voluntarios del estudio original de los 60: la mitad vivió una vida de control y la otra, todo lo contrario. A todos ellos, sin embargo, se los sometió a un estudio de resonancia magnética mientras realizaban un ejercicio. Llegaron a la conclusión de que aquellos que habían exhibido más autocontrol lograban resolver el problema de forma más directa que aquellos que no.

De alguna manera, el resultado prueba que aquellos que, temprano en la vida, encontraron maneras más eficientes de resolver problemas adquirieron más autocontrol; por la forma de sus cerebros, les cuesta menos.

Todavía no pueden dar con la respuesta a la pregunta más complicada, sin embargo: este comportamiento, ¿viene natural o es socialmente inducido? Según Berman es probable que el ambiente pueda cambiar la forma del cerebro, estimulándolo o no para la gratificación instantánea. Pero para poder contestarla se necesitará estudiar más de cerca al grupo original de los consumidores de malvaviscos.

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