En efecto, nos conecta con el mundo pero nos desconecta con quien nos está acompañando en la comida. Así confirma este estudio realizado en la universidad de British Columbia los que los padres vienen insistiendo desde hace rato: el celular no tiene lugar en la mesa de la cena.
Los investigadores comprobaron que el uso del celular impide gozar de la compañía de amigos en la mesa. Los participantes que usaron sus teléfonos durante una salida a comer con amigos — como parte del experimento — no la pasaron tan bien como los que no se conectaron.
Ryan Dwyer, quien dirigió la investigación en el departamento de psicología, dijo que “si bien es cierto que los teléfonos son muy útiles, cuando los usamos durante el tiempo que compartimos con personas a quienes queremos, además de ofenderlas, disfrutamos de la experiencia mucho menos que si los guardáramos en el bolsillo.”