Champagne: no da ya abasto para la demanda de champagne

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Los viñedos de la región, amparados bajo el anacronismo conocido por ”appéllation controlée”, no alcanzan. El champagne cae víctima de su propio éxito y el celo proteccionista de los franceses.

Se agota la materia primas, o sea la uva. Esto pone en crisis al producto descubierto accidentalmente por el abad Pierre Pérignon a fines del siglo XVII. Su fama se basa en un truco de marketing que data del siglo XIX: severas normas que fijan los límites en la Champagne donde pueden cultivarse uvas Pinot noir, pinot meunier y chardonnay, base del sobrestimado espumante.

La zona cubre unas 35.000 hectáreas (350 km2), de las cuales 32.500 están plantadas. Ergo, se acerca la saturación en una país donde ya no es posible rotar tierras, tras siglos de sobrexplotación. Durante 2006, se vendieron en el mundo unos 330 millones de botellas, 5% más que al año anterior. Ese mismo año, se autorizó hasta 2011elevar el rendimiento por hectárea de 13.400 a 15.500 kilos (+15,7%).

No es la primera vez que ocurre y no será la primera que el producto final salga más chirle que antes. Eso no se dice en Francia, pero sí en varios países cuyos respectivos equivalentes son hoy de mejor calidad. Por ejemplo, los cavas catalanes o los “champañas” argentinos. Aumentar la producción de 330 a 400 millones de botellas (21,2%) simplemente será un ladrillo menos en la pared de la “appéllation controlée”. Después de todo ¿qué son 350 km frente a los 30.000 que, en Mendoza, son aptos para pinot noit, pinot gris y otras uvas madres?.

Se agota la materia primas, o sea la uva. Esto pone en crisis al producto descubierto accidentalmente por el abad Pierre Pérignon a fines del siglo XVII. Su fama se basa en un truco de marketing que data del siglo XIX: severas normas que fijan los límites en la Champagne donde pueden cultivarse uvas Pinot noir, pinot meunier y chardonnay, base del sobrestimado espumante.

La zona cubre unas 35.000 hectáreas (350 km2), de las cuales 32.500 están plantadas. Ergo, se acerca la saturación en una país donde ya no es posible rotar tierras, tras siglos de sobrexplotación. Durante 2006, se vendieron en el mundo unos 330 millones de botellas, 5% más que al año anterior. Ese mismo año, se autorizó hasta 2011elevar el rendimiento por hectárea de 13.400 a 15.500 kilos (+15,7%).

No es la primera vez que ocurre y no será la primera que el producto final salga más chirle que antes. Eso no se dice en Francia, pero sí en varios países cuyos respectivos equivalentes son hoy de mejor calidad. Por ejemplo, los cavas catalanes o los “champañas” argentinos. Aumentar la producción de 330 a 400 millones de botellas (21,2%) simplemente será un ladrillo menos en la pared de la “appéllation controlée”. Después de todo ¿qué son 350 km frente a los 30.000 que, en Mendoza, son aptos para pinot noit, pinot gris y otras uvas madres?.

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