Cámara revolucionaria

Un ex científico de Apple Computer ha creado un sistema capaz de cambiar radicalmente la animación computarizada en cinematografía. Recrea imágenes faciales con tal resolución que produce imágenes de video digital increíblemente realistas.

2 agosto, 2006

Steve Perlman, ingeniero que trabajó en Apple Computer y que anteriormente
fue uno de los fundadores de WebTV Networks y de la firma Moxi, está dando
los últimos toques a un sistema futurista de cámara llamado Contour
que añadirá efectos tridimensionales al entretenimiento digital.
El nuevo sistema fue presentado esta semana en la conferencia de computación
gráfica Siggraph en Boston, y su aplicación podría comenzar
ya en el año próximo.

El sistema podría cambiar la naturaleza de la cinematografía de
varias maneras, según distinguidos productores y tecnólogos de Hollywood
que ya planean usar el sistema. Por ejemplo, se podrán crear actores sintéticos
muy realistas captando movimientos faciales y realidad en las caras a un nivel
de detalle mucho mayor del que actualmente es posible.

David Fincher, quien dirigió las películas “Fight Club
Panic Room,” piensa usar Contour el año que viene
cuando comience a filmar “The Curious Case of Benjamin Button,”
un largometraje basado en un cuento de F. Scott Fitzgerald en el cual Brad Pitt
hará un personaje que envejece al revés.

“En lugar de tomar puntos de una cara, se podrá captar la totalidad
de la piel,” explica Fincher. “Vamos a poder obtener con enorme cantidad
de detalle y todos los vericuetos de la expresión humana que no se pueden
planificar.”

La tecnología permitirá a los cineastas transformar la apariencia
de los actores en la computadora, abriendo la posibilidad de una nueva forma de
video digital donde el espectador puede controlar el punto de vista, algo que
se está describiendo en Hollywood como “entretenimiento navegable”-
El sistema Contour exige que los actores se cubran la cara y la ropa con
maquillaje que contiene un polvo fosforescente que no es visible bajo luz normal.
En un ambiente lumínicamente aislado, los actores se mueven ante dos conjuntos
de cámaras de video relativamente baratas, sincronizadas para grabar simultáneamente
su apariencia y su forma. Las escenas son iluminadas proyectando rápidamente
luces fluorescentes y las cámaras captan la luz del polvo lumínico
durante intervalos de oscuridad que son demasiado cortos para ser percibidos por
el ojo humano.

Las imágenes captadas son transmitidas a una serie de computadoras que
vuelven a armar las formas tridimensionales de las áreas brillantes. Esas
formas pueden luego ser manipuladas y editadas para ser insertadas en escenas
más grandes usando un software sofisticado como el Maya de Autodesk
o el Race Robot de Softimage.
Hasta ahora, el uso de actores digitales (sintéticos) era tan caro que
se los usaba solamente en grandes escenas de efectos especiales. Ahora se puede
pensar en usarlos para una escena donde dos actores están hablando sentados
a una mesa. Se podrá contar historias y hacer primeros planos que nos hagan
llorar o reír

El sistema de Perlman es un enorme salto adelante para una tecnología conocida
como motion capture (captura de movimiento) que fue utilizada en películas
como el “El expreso polar”, con Tom Hanks en varias versiones digitales.

La captura de movimiento abarata los costos de la animación computarizada
mientras crea a la vez un movimiento más natural. Hoy los sistemas de captura
de movimiento funcionan rastreando la ubicación de cientos de pelotitas
reflexivas (de la luz) adheridas a un actor humano. Eso permite que los movimientos
del actor sean muestreados por una cámara muchas veces por segundo. Pero
la grabación digital está limitada al movimiento, y no incluye la
apariencia real del actor.

La diferencia que ofrece la tecnología de Perlman está en el detalle.
Los sistemas estándar de captura de movimiento están limitados en
su resolución a varios cientos de puntos en una cara humana, mientras el
sistema Contour puede recrear imágenes faciales a una resolución
de 200.000 píxeles. El resultado es que las imágenes de video digital
que produce el sistema son increíblemente realistas.

Pero todas estas ventajas dependerán, para su éxito comercial, de
que el sistema consiga ser la primera tecnología barata en cruzar lo que
en el medio se llama “el valle misterioso”. La frase fue acuñada
en 1970 por Masahiro Mori, japonés especialista en robótica, para
describir la respuesta emocional de los humanos a robots y otras entidades no
humanas. Según él, los seres humanos aceptan la idea del robot hasta
que éste se vuelve demasiado parecido a ellos con características
de zombie. Entonces, la aceptación se convierte en repulsión. Mucha
gente, por ejemplo, comentó sobre el aspecto fantasmagórico y estremecedor
de los personajes del “Expreso Polar”.

Si el Contour consigue comercializarse, permitirá a los directores
de películas digitales controlar con facilidad y poco costo los ángulos
de la cámara y generar películas visualmente muy elaboradas. También
abrirá un nuevo capítulo para los videos digitales.

Steve Perlman, ingeniero que trabajó en Apple Computer y que anteriormente
fue uno de los fundadores de WebTV Networks y de la firma Moxi, está dando
los últimos toques a un sistema futurista de cámara llamado Contour
que añadirá efectos tridimensionales al entretenimiento digital.
El nuevo sistema fue presentado esta semana en la conferencia de computación
gráfica Siggraph en Boston, y su aplicación podría comenzar
ya en el año próximo.

El sistema podría cambiar la naturaleza de la cinematografía de
varias maneras, según distinguidos productores y tecnólogos de Hollywood
que ya planean usar el sistema. Por ejemplo, se podrán crear actores sintéticos
muy realistas captando movimientos faciales y realidad en las caras a un nivel
de detalle mucho mayor del que actualmente es posible.

David Fincher, quien dirigió las películas “Fight Club
Panic Room,” piensa usar Contour el año que viene
cuando comience a filmar “The Curious Case of Benjamin Button,”
un largometraje basado en un cuento de F. Scott Fitzgerald en el cual Brad Pitt
hará un personaje que envejece al revés.

“En lugar de tomar puntos de una cara, se podrá captar la totalidad
de la piel,” explica Fincher. “Vamos a poder obtener con enorme cantidad
de detalle y todos los vericuetos de la expresión humana que no se pueden
planificar.”

La tecnología permitirá a los cineastas transformar la apariencia
de los actores en la computadora, abriendo la posibilidad de una nueva forma de
video digital donde el espectador puede controlar el punto de vista, algo que
se está describiendo en Hollywood como “entretenimiento navegable”-
El sistema Contour exige que los actores se cubran la cara y la ropa con
maquillaje que contiene un polvo fosforescente que no es visible bajo luz normal.
En un ambiente lumínicamente aislado, los actores se mueven ante dos conjuntos
de cámaras de video relativamente baratas, sincronizadas para grabar simultáneamente
su apariencia y su forma. Las escenas son iluminadas proyectando rápidamente
luces fluorescentes y las cámaras captan la luz del polvo lumínico
durante intervalos de oscuridad que son demasiado cortos para ser percibidos por
el ojo humano.

Las imágenes captadas son transmitidas a una serie de computadoras que
vuelven a armar las formas tridimensionales de las áreas brillantes. Esas
formas pueden luego ser manipuladas y editadas para ser insertadas en escenas
más grandes usando un software sofisticado como el Maya de Autodesk
o el Race Robot de Softimage.
Hasta ahora, el uso de actores digitales (sintéticos) era tan caro que
se los usaba solamente en grandes escenas de efectos especiales. Ahora se puede
pensar en usarlos para una escena donde dos actores están hablando sentados
a una mesa. Se podrá contar historias y hacer primeros planos que nos hagan
llorar o reír

El sistema de Perlman es un enorme salto adelante para una tecnología conocida
como motion capture (captura de movimiento) que fue utilizada en películas
como el “El expreso polar”, con Tom Hanks en varias versiones digitales.

La captura de movimiento abarata los costos de la animación computarizada
mientras crea a la vez un movimiento más natural. Hoy los sistemas de captura
de movimiento funcionan rastreando la ubicación de cientos de pelotitas
reflexivas (de la luz) adheridas a un actor humano. Eso permite que los movimientos
del actor sean muestreados por una cámara muchas veces por segundo. Pero
la grabación digital está limitada al movimiento, y no incluye la
apariencia real del actor.

La diferencia que ofrece la tecnología de Perlman está en el detalle.
Los sistemas estándar de captura de movimiento están limitados en
su resolución a varios cientos de puntos en una cara humana, mientras el
sistema Contour puede recrear imágenes faciales a una resolución
de 200.000 píxeles. El resultado es que las imágenes de video digital
que produce el sistema son increíblemente realistas.

Pero todas estas ventajas dependerán, para su éxito comercial, de
que el sistema consiga ser la primera tecnología barata en cruzar lo que
en el medio se llama “el valle misterioso”. La frase fue acuñada
en 1970 por Masahiro Mori, japonés especialista en robótica, para
describir la respuesta emocional de los humanos a robots y otras entidades no
humanas. Según él, los seres humanos aceptan la idea del robot hasta
que éste se vuelve demasiado parecido a ellos con características
de zombie. Entonces, la aceptación se convierte en repulsión. Mucha
gente, por ejemplo, comentó sobre el aspecto fantasmagórico y estremecedor
de los personajes del “Expreso Polar”.

Si el Contour consigue comercializarse, permitirá a los directores
de películas digitales controlar con facilidad y poco costo los ángulos
de la cámara y generar películas visualmente muy elaboradas. También
abrirá un nuevo capítulo para los videos digitales.

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