<p>En realidad, Jobs muestra desde junio un semblante más pálido que de costumbre. Al respecto, varios analistas recuerdan que, en 2004, el numen de Apple fue operado por un tumor en el páncreas. Hubo otra intervención este año, aunque sólo por problemas digestivos.</p>
<p>Tal vez fue imprudente presentarse, el lunes, cuando la compañía difundió el balance del segundo trimestre. No por los resultados sino por el aspecto de Jobs. Quizá debió haber difundido partes médicos regulares, como hizo Warren Buffett (Berkshire Hathaway) luego de su videocolonoscopía. O Charles Bell, de McDonald’s, en 2005.</p>
<p>Buffett ha sido el más sagaz, pese a sus 78 años. Jobs, con 53, pudo haberlo imitado. En cuanto a la actitud de Oppenheimer, parece ingenua: la salud de los altos ejecutivos es problema de accionistas e inversores, así como la de un presidente lo es del país.</p>
<p>Basta observar las fotos del lunes para inquietarse, pues parecen las de un septuagenario. Como señalan algunos gestores de fondos y dos agencias noticiosas, Steve Jobs se cuenta entre las 25 personas más influyentes en el sector privado de Occidente.</p>
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A Steve Jobs lo ven flaco y demacrado ¿Le pasa algo?
La salud de Jobs es asunto privado, no de los accionistas, salió a decir este jueves Peter Oppenheimer, director financiero de Apple y amigo del fundador. Igual, el papel de la compañía cayó 11% en el Nasdaq.