Por supuesto, lo de arriba es una simplificación exagerada que es necesario aclarar para no generar furia en uno y otro sexo a la vez. En tono más serio que jocoso, Hakim invitó a un debate en una sala de conferencias de Westminster en el que ella se ponía en el rol de defender a los hombres y una periodista llamada Helen Rumbelow del Times de Londres, debía ser la abogada del “esta noche no” de las mujeres.
Mucho más en serio que en broma Hakim, que es investigadora de la London School of Economics desde hace 10 años y estudia las relaciones humanas desde el punto de vista económico, planteó que lo que ella llama “déficit sexual masculino” tiene serias consecuencias. Si las mujeres no responden como a los hombres les gustaría eso lleva a que sean infieles, a que busquen prostitutas y, también posible, a que ataquen sexualmente a otras mujeres.
Lo que ella quiere transmitir es que la sociedad en general subestima la frustración sexual en los hombres y la infelicidad que les general. “Hasta ahora, ése es un problema que se ha mantenido invisible”, dijo debatiendo.
A medida que la mujer avanza en estatus e independencia aumenta, según Hakim, el “déficit sexual masculino”. Acaba de publicar una versión actualizada de su libro “las nuevas reglas” (The New Rules) donde analiza los datos obtenidos en más de 30 rigurosas encuestas sobre sexo en todo el mundo. Cita allí la disminución de la frecuencia del acto sexual, la ausencia de las grandes guerras que tradicionalmente eliminaban el 6% del excedente de nacimientos masculinos y el aumento de la independencia económica de la mujer. Las mujeres tienen hoy mucho más control y no están disponibles como lo estaban antes. El problema es mucho mayor en nuestros días.
Aunque el Banco Mundial diga que el mundo tiene un excedente de hombre de 60 millones ese excedente está desapareciendo. ¿La solución? ¿Un ejército de robots femeninas? ¿Un re-equilibrio de la libido?
Hakim también amplía la teoría expuesta en un libro anterior del “capital erótico”, o sea la forma en que las mujeres explotan su poder sexual en busca de una ganancia financiera. Dicho de otra forma, usar los atractivos físicos para conseguir empleo por ejemplo.
Resumiendo. La autora de todo esto dice cosas que por lo general se intuyen pero que pocos se animan a expresar en público y con claridad. Por lo tanto, tiene enemigos en los dos bandos.