La ciudad de La Plata se prepara para una nueva edición de la popular fiesta del alcaucil platense que trae grandes novedades como la reciente adquisición del sello IG: Indicación Geográfica.
Por sus características morfológicas, de especie, de clima y terruño, el alcaucil platense se destaca de otros y adquiere este sello de calidad de instancia nacional e internacional.
Los visitantes podrán degustar platos típicos realizados con alcauciles, además tendrán la oportunidad de ver de cerca la muestra viva que permite conocer todos los estadios de la planta en su proceso de producción. 90 microemprendedores de la economía social completarán la oferta con distintos productos regionales de elaboración artesanal.
La Plata, el primer productor de alcauciles del país
Los primeros productores de alcauciles en Argentina llegaron de la mano de inmigrantes italianos y eligieron el cinturón platense para iniciar el cultivo debido a que las características de la zona eran similares a las principales regiones productoras como Italia, España y Francia. De esta forma La Plata se convirtió en el punto de partida de las innovaciones sobre el cultivo de alcaucil, ubicando al productor platense a la vanguardia de esta actividad en el país.
La Plata constituye la principal zona productora de alcauciles de Argentina. La superficie total del cultivo en el país es de aproximadamente 1750 ha, de las cuales alrededor de 900 pertenecen a La Plata, 450 ha a Cuyo, 250 ha a Rosario y 150 ha a Mar del Plata. Además, la ciudad concentra el 97% de la superficie bonaerense destinada a la producción de alcaucil y ostenta los mayores rendimientos con 14 tn/ha, cifra que duplica el promedio nacional de 7 tn/ ha.
Sello de indicación geográfica (IG)
En junio de 2016 los productores platenses de alcauciles lograron un paso muy importante: consiguieron la Identificación Geográfica Alcauciles/Alcachofas Platenses, un sello que identifica y garantiza una calidad particular vinculada con el origen geográfico del producto. La IG protege el esfuerzo de los productores, el origen y la producción de lo que hacen acorde a normas preestablecidas de calidad y características de la región que identifica a estos alcauciles como únicos. Y al mismo tiempo, permite mejorar la información que llega a los consumidores (del mercado interno y externo), quienes tienen más herramientas para valorar los diferenciales de calidad de estos alcauciles.
Hasta el momento, los únicos productos que cuentan con este sello distintivo en el país son el Chivito Criollo del Norte Neuquino, el Salame típico de Colonia Caroya, el Melón de Media Agua de San Juan, el Cordero Patagónico y la Yerba Mate, todos logros muy importantes.