Cuando anunciaron la creación del dispositivo de realidad
aumentada Google Glass, a la industria de la pornografía se le hizo agua a la
boca. Ofrecer vídeos en esa plataforma ampliaría la audiencia, ofreciendo una
experiencia más realista para el usuario. Pero al recibir anuncios del
desarrollo de la primera aplicación sexual, Google modificó los términos de uso
para evitar que aparezcan imágenes triple x.
“No se permite en las gafas contenidos que incluyan desnudos
o actos sexuales explicitos. Google tiene una política de tolerancia cero
contra la pornografía infantil. En caso de detectarlo se informará de ellos a
las autoridades competentes y se eliminarán las cuentas de Google de quienes
participen de la distribuciónâ€, explica la empresa del buscador.
La decisión fue culpa de la empresa para adultos MiKandi que
trabajó durante un tiempo en la aplicación Tits&Glass que permitía a los
usuarios del dispositivo recrearse en imágenes sexuales. Se podía grabar un
video personal y desde allí interactuar con otro adulto. En pocos días
recibieron 10 mil visitas a su página web de personas interesadas en el
producto. Por ahora deberán esperar para hacer sus fantasías realidad.
