Su cabellera ha sido objeto de mucha especulación desde que comenzó su campaña presidencial. Incluso dejó que el presentador de televisión Jimmy Fallon se lo despeinara para probar que es real y que no estaba usando una peluca. Donald Trump se vio obligado a dar explicaciones sobre su cabello apenas minutos después de haber jurado como presidente, bajo la lluvia y el viento que se combinaron para hacerlo volar por los aires.
Todo comenzó con una llovizna que comenzó a caer justo cuando él comenzaba a dar su discurso inaugural después del mediodía y continuó cauendo casi hasta que cerrara su discurso.
El cabello del presidente logró permanecer sospechosamente seco a pesar de que no estuvo cubierto mientras hablaba a la multitud reunida en el Washington mall.
Más tarde también, cuando Trump y su esposa acompañaron a los Obama al helicóptero que los alejaría de Washington DC.
Una vez que Barack y Michelle hubieron subido a la nave, Trump soportó las fuertes ráfagas de viento que genera un helicóptero cuando parte.
Su cuidadoso peinado se convirtió en pelos que iban y venían delante de su cara y para todos lados por la fuerza del viendo, pero momentos después cada cabellos estaba de vuelta en su lugar, como obedeciendo órdenes.
Trump bromeó sobre los problemas que tuvo su cabello ese día diciendo que por lo menos la lluvia del día de la inauguración pondría punto final a los rumores de que sus doradas mechas eran postizas.
Su médico de muchos años , Harlod Bornstein, reveló su secreto en una serie de entrevistas con el New York Times. Según Bornstein, Trump toma una pequeña dosis de una droga relacionada con la próstata que estimula el crecimiento del cabello.
Confirmó que el cabello del presidente es todo verdadero pero que es ayudadoa crecer por una pequeña dosis de la droga finasteride, que baja los niveles de un antígeno prostático. Esta droga se usa comúnmente para tratar la calvicie masculina y también la toma el doctor Bornstein mismo para mantener su cabello a la altura de los hombros.
Aunque la Casa Blanca no confirmó al New York Times si el doctor Bornstein sigue tratando a Trump, Bornstein ha sido su médico desde 1980. Admite, sin embargo, que no ha tenido contacto con el desde que asumió como presidente y nadie del personal de la Casa Blanca ha pedido copias de la historia clínica del Presidente ni llamó para comentarla