Fundación Tejido Urbano presentó los datos de su último informe, que arroja que en 2024, un total de 2.265.000 jóvenes argentinos de entre 25 y 35 años continuaban viviendo con sus padres o abuelos. Esta cifra representa el 36,7% del total de ese grupo etario, la proporción más baja registrada desde 2016, aunque sigue siendo elevada y refleja una problemática estructural persistente en el país.
El porcentaje de jóvenes que no lograron independizarse disminuyó 1,6 puntos porcentuales respecto de 2023 y 0,5 puntos en comparación con 2022. En 2021, esta cifra había alcanzado un pico del 41%. A pesar de la mejora, el nivel actual continúa siendo 1,2 puntos superior al promedio del período 2016–2023, lo que indica que la situación aún no ha retornado a los valores promedio de la última década.
Este fenómeno implica que aproximadamente cuatro de cada diez jóvenes permanecen dentro del círculo familiar, una realidad que contrasta con la expectativa cultural de formar hogares independientes en esta etapa de la vida. En este sentido, el informe señala que “la mejora del mercado de alquileres a partir de la derogación de la ley fue un factor determinante”, ya que la flexibilización de las condiciones contractuales y la mayor oferta de departamentos en alquiler facilitaron el acceso a la vivienda para muchos jóvenes.
Geográficamente, cerca del 62% de los jóvenes no emancipados se concentran en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza, provincias que albergan al 67% de la población de ese rango etario. En contraste, provincias como Tucumán y Salta representan el 9,7% de los jóvenes no emancipados, aunque solo concentran el 6% de la población joven.
En síntesis, aunque 2024 mostró un avance positivo con una reducción del 2% en la cantidad de jóvenes que viven con sus familias respecto del año anterior, el informe advierte que “aún resta consolidar el acceso a la vivienda propia para revertir de manera sostenible este fenómeno”. La mejora en el mercado de alquileres contribuyó a esta leve mejora, pero la independencia habitacional sigue siendo un desafío estructural para la juventud argentina.
