Un estudio realizado por IAE Business School e IDEA Relevamientos identificó que nueve de cada diez empresas en Argentina experimentan dificultades para encontrar empleados con las habilidades que requieren. El relevamiento, titulado “Análisis de la brecha de habilidades requeridas por las empresas en Argentina”, se desarrolló entre el 16 de junio y el 31 de julio de 2025 y abarcó una muestra de 165 compañías de diversos tamaños y sectores.
Según los resultados, los puestos vinculados a tecnología (49%) y comerciales (45%) resultan los más difíciles de cubrir. En las empresas grandes, las complicaciones se concentran principalmente en posiciones tecnológicas (61%), mientras que para las PyMEs el principal desafío radica en los puestos comerciales (51%).
Más allá de la formación técnica, las empresas señalan que las habilidades blandas como la autogestión (31%) y el trabajo en equipo (22%) son especialmente escasas. Las competencias cognitivas, como la creatividad y la resolución de problemas, también figuran entre las más demandadas y difíciles de hallar. Desde la perspectiva de los candidatos, el salario base (53%) y la modalidad de trabajo (40%) encabezan los motivos para rechazar ofertas laborales, con preferencia por esquemas híbridos o remotos.
El estudio detectó que el 94% de las compañías encuentra brechas entre las capacidades que espera y las que presentan los postulantes, con mayor incidencia en mandos medios y puestos de liderazgo, lo que afecta la productividad y la gestión de equipos. “Este desajuste entre las competencias requeridas y las disponibles reduce la competitividad de las empresas. Al mismo tiempo, obliga a muchas compañías a destinar mayores recursos a capacitación interna para cubrir esas brechas. Así como las empresas deben invertir en capacitación, también el sistema educativo necesita actualizar sus modelos de enseñanza”, señaló Luciana Paoletti, directora ejecutiva de IDEA.
Las principales causas atribuidas a esta brecha incluyen la formación desactualizada o insuficiente de las instituciones educativas (70%), la dificultad de adaptación a entornos laborales exigentes o cambiantes (50%), la falta de experiencias prácticas (45%) y la escasa motivación por el aprendizaje continuo (38%).
En cuanto a las consecuencias, se identifican demoras en la cobertura de vacantes (68%), pérdida de productividad (48%) y aumento de los costos de capacitación (33%). Las grandes empresas orientan sus programas formativos a habilidades de gestión (61%), mientras que las PyMEs priorizan el trabajo en equipo (51%).
“Empresas de todos los tamaños y sectores manifiestan que hay brecha entre las habilidades que dicen necesitar y lo que encuentran. El grupo de habilidades donde la brecha es más relevante es de autogestión, conformado en gran medida por actitudes: motivación y autoconciencia, curiosidad y aprendizaje continuo, fiabilidad y atención al detalle, resiliencia, flexibilidad y agilidad. Estos datos podrían ser considerados en el diseño curricular desde etapas tempranas”, consideró Julián Irigoin, profesor de Comportamiento Humano en la Organización en IAE Business School.












