El valor de las importaciones creció un 79%, alcanzando los 58,3 millones de dólares, mientras que el volumen físico se incrementó un 108,7%, llegando a 10.500 toneladas. Este fenómeno, impulsado por políticas de apertura y flexibilización, también duplicó la cantidad de empresas importadoras, que pasó de 265 en 2024 a 501 en 2025, lo que representa un aumento del 89%.
La tendencia alcista en las importaciones se explica por una serie de medidas implementadas durante la gestión del actual gobierno, entre las que se destacan la desregulación del sistema de importaciones, el reemplazo del Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIRA) por el Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI), la reducción de trámites administrativos, la eliminación del impuesto PAIS y la ampliación del límite para compras por courier hasta 400 dólares.
Gran parte de los productos importados provienen de China, representando el 43% del total, con un precio inferior a 3 dólares por kilo.
Sin embargo, estas medidas también modifican las reglas del juego y plantean desafíos en materia de controles de calidad. Gabriel Salomón, director comercial de Jidoka, empresa líder en soluciones de logística y comercio exterior en Argentina, señala que “históricamente, la importación de juguetes estuvo sujeta a la intervención de terceros organismos y a diversas medidas para-arancelarias, como licencias de importación, certificaciones IRAM y requisitos de seguridad eléctrica”. No obstante, “estas exigencias no aplican actualmente a regímenes simplificados como el courier particular, lo que obliga a tener un control sobre los estándares de seguridad”.
Salomón advierte que los juguetes que ingresan por courier para particulares no están sujetos a controles, lo que genera preocupación en cuanto a la seguridad, especialmente en los juguetes de plástico debido al posible contenido de ftalatos, sustancias que pueden ocasionar problemas reproductivos, baja fertilidad, malformaciones, alteraciones hormonales en niños y embarazadas, y riesgos para el desarrollo neurológico.
Frente a este escenario, Jidoka recomienda a los consumidores argentinos:
- Verificar el origen y la reputación del vendedor, priorizando minoristas establecidos y reconocidos que garanticen la procedencia y calidad de los productos.
- Exigir certificaciones de seguridad, asegurándose de que los juguetes cumplan con normativas internacionales y locales, y buscando sellos de calidad como el de la norma IRAM, aunque no sean obligatorios para todas las importaciones.
- Informarse sobre los materiales, especialmente en juguetes de plástico, para confirmar que estén libres de ftalatos y otros químicos nocivos, ya que la transparencia en la composición es fundamental.
Desde Jidoka destacan que, si bien la flexibilización de las importaciones puede ampliar la variedad de productos disponibles, la responsabilidad recae en gran medida en el consumidor para garantizar la seguridad y el bienestar de los niños.
La actual situación del mercado de juguetes en Argentina, caracterizada por un aumento exponencial de las importaciones y la flexibilización de los controles, requiere una atención urgente, especialmente en vísperas del Día del Niño. Es fundamental que el consumidor adopte un rol activo, informándose y exigiendo productos que cumplan con los más altos estándares de calidad y seguridad.
