Virus y bacterias en nuestro árbol genealógico

Lo descubrieron mientras trataban de descifrar el genoma humano. Ahora se sabe que tenemos menos genes de lo que se creía, y no muchos más que una mosca o un ratón, y que hay zonas desérticas en nuestro ADN.

18 febrero, 2001

(EFE).- El descubrimiento de que el genoma humano contiene fragmentos de virus y bacterias ha dejado con la boca abierta a millones de personas, pero no a Luis Villarreal, un biólogo de California que estudia el papel que los virus tienen en nuestro código genético.

“La relación de los virus y las bacterias con los seres humanos no es nada nuevo, existe desde hace mucho tiempo” y es una relación de amor y odio entre parásito y hospedante, explicó.

El pasado lunes, la difusión de nuevos datos sobre el genoma humano reveló algunas sorpresas y, entre otras novedades, se ha sabido que tenemos menos genes de lo que se creía -unos 38.000, poco más que un ratón o una mosca- o que hay regiones desérticas en nuestro ADN.

Asimismo, se sabe ahora que muchos de nuestros genes -esto es lo más sorprendente- proceden de bacterias que se instalaron en nuestra herencia genética hace 500 millones de años o más.

Luis Villarreal, que pertenece al departamento de Biología Molecular y Bioquímica de la Universidad de California, en Irvine, y ha dirigido el Centro de Investigación sobre Virus, afirma que los mamíferos “son únicos en el sentido de que sus genomas están altamente infectados con genes retrovirales endógenos”.

Las investigaciones de Villarreal se han centrado en el papel de los virus en el mecanismo para suprimir el sistema inmune de los mamíferos.

Según uno de sus trabajos, titulado “De virus, sexo y maternidad”, los mamíferos, entre los que se encuentran los seres humanos, presentan “un dilema inmunológico muy interesante”.

El sistema inmunológico de los mamíferos es tan adaptable que falla en reconocer a sus propios embriones y estos deben suprimir la capacidad de reconocimiento del sistema inmune de sus madres para sobrevivir.

“Los retrovirus -afirma el científico- son también inmunosupresores y yo he considerado la participación de estos retrovirus en la inmunosupresión que desarrollan los embriones y en la evolución de los sistemas de placenta”.

Aún no está del todo claro qué procesos son los que han ido dejando en nuestro genoma humano los genes de virus y bacteria como parásitos de nuestra herencia.

Los científicos que trabajan en el Poyecto Genoma Humano han señalado que algunos de estos genes están implicados en la depresión.

Otros de los genes parecen estar implicados en el modo en que el cuerpo humano metaboliza los antibióticos.

El modo en que millones de años atrás estas bacterias dejaron su impronta en el ADN humano también se desconoce, pero se han encontrado numerosos fragmentos microscópicos del ADN de parásitos.

Toda la carga de instrucciones genéticas para formar un ser humano se encuentra en una pulgada de ADN, el ácido desoxirribonucleico que forma los cromosomas y la herencia.

El resto del material genético, al que se ha denominado ADN basura, son secuencias repetitivas cuya utilidad se desconoce y aún deberá ser investigada.

Aunque los científicos, como en el caso de Luis Villarreal, ya conocían la relación entre ADN humano y virus y bacteria, solamente al descifrar el código genético humano se ha sabido lo amplia que es esa relación.

La descodificación del ADN ha proporcionado toda una lección de humildad a los seres humanos, que tienen pocos más genes que otros animales considerados “inferiores” y poseen un “ecosistema” genético que mezcla a virus y bacterias entre la herencia de nuestros antepasados.

La escasez de genes no impide que muchos de ellos sean más versátiles en los seres humanos y que haya genes capaces de expresar cientos y hasta miles de proteínas.

De otro modo, sería difícil de entender que nuestra complejidad sea comparable a la de la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) o a la de un gusano (C.elegans), los primeros animales a los que se logró descifrar su genoma completo.

(EFE).- El descubrimiento de que el genoma humano contiene fragmentos de virus y bacterias ha dejado con la boca abierta a millones de personas, pero no a Luis Villarreal, un biólogo de California que estudia el papel que los virus tienen en nuestro código genético.

“La relación de los virus y las bacterias con los seres humanos no es nada nuevo, existe desde hace mucho tiempo” y es una relación de amor y odio entre parásito y hospedante, explicó.

El pasado lunes, la difusión de nuevos datos sobre el genoma humano reveló algunas sorpresas y, entre otras novedades, se ha sabido que tenemos menos genes de lo que se creía -unos 38.000, poco más que un ratón o una mosca- o que hay regiones desérticas en nuestro ADN.

Asimismo, se sabe ahora que muchos de nuestros genes -esto es lo más sorprendente- proceden de bacterias que se instalaron en nuestra herencia genética hace 500 millones de años o más.

Luis Villarreal, que pertenece al departamento de Biología Molecular y Bioquímica de la Universidad de California, en Irvine, y ha dirigido el Centro de Investigación sobre Virus, afirma que los mamíferos “son únicos en el sentido de que sus genomas están altamente infectados con genes retrovirales endógenos”.

Las investigaciones de Villarreal se han centrado en el papel de los virus en el mecanismo para suprimir el sistema inmune de los mamíferos.

Según uno de sus trabajos, titulado “De virus, sexo y maternidad”, los mamíferos, entre los que se encuentran los seres humanos, presentan “un dilema inmunológico muy interesante”.

El sistema inmunológico de los mamíferos es tan adaptable que falla en reconocer a sus propios embriones y estos deben suprimir la capacidad de reconocimiento del sistema inmune de sus madres para sobrevivir.

“Los retrovirus -afirma el científico- son también inmunosupresores y yo he considerado la participación de estos retrovirus en la inmunosupresión que desarrollan los embriones y en la evolución de los sistemas de placenta”.

Aún no está del todo claro qué procesos son los que han ido dejando en nuestro genoma humano los genes de virus y bacteria como parásitos de nuestra herencia.

Los científicos que trabajan en el Poyecto Genoma Humano han señalado que algunos de estos genes están implicados en la depresión.

Otros de los genes parecen estar implicados en el modo en que el cuerpo humano metaboliza los antibióticos.

El modo en que millones de años atrás estas bacterias dejaron su impronta en el ADN humano también se desconoce, pero se han encontrado numerosos fragmentos microscópicos del ADN de parásitos.

Toda la carga de instrucciones genéticas para formar un ser humano se encuentra en una pulgada de ADN, el ácido desoxirribonucleico que forma los cromosomas y la herencia.

El resto del material genético, al que se ha denominado ADN basura, son secuencias repetitivas cuya utilidad se desconoce y aún deberá ser investigada.

Aunque los científicos, como en el caso de Luis Villarreal, ya conocían la relación entre ADN humano y virus y bacteria, solamente al descifrar el código genético humano se ha sabido lo amplia que es esa relación.

La descodificación del ADN ha proporcionado toda una lección de humildad a los seres humanos, que tienen pocos más genes que otros animales considerados “inferiores” y poseen un “ecosistema” genético que mezcla a virus y bacterias entre la herencia de nuestros antepasados.

La escasez de genes no impide que muchos de ellos sean más versátiles en los seres humanos y que haya genes capaces de expresar cientos y hasta miles de proteínas.

De otro modo, sería difícil de entender que nuestra complejidad sea comparable a la de la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) o a la de un gusano (C.elegans), los primeros animales a los que se logró descifrar su genoma completo.

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