Se trata de un compuesto que, según explica la compañía, puede crear superficies auto-limpiantes con aplicaciones para todo tipo de productos, desde billetes hasta zapatos a prueba de olores.
Unilever ha acordado una joint venture con Innova Partnerships, un grupo de inversión en ciencias de la vida para comerciar la tecnología, llamada Lactam que, en lugar de matar las bacterias, impide la formación de microorganismos sobre las superficies alterando sus sistemas de comunicación.
Lactam – a diferencia de otros productos rivales – no combate la transmisión del coronavirus sobre las superficies pero ofrece muchas otras ventajas, explica Jonathan Hague de Unilever.
“El crecimiento de bacterias es un problema cuando uno bombea gas y petróleo, en los catéteres médicos, en los zapatos malolientes, en el papel de los billetes. Hay un mercado enorme para esta tecnología.”
El grupo comenzará a usarla en productos de limpieza pero Hague explica que la joint venture se hizo pensando en conceder licencias porque el mercado btob para la tecnología es mucho mayor que el de los productos para el consumo general.
Las tecnologías anteriores se enfocaban en repeler aceite o agua o en algunos casos, la oxidación de materia orgánica. Todas ellas ya están en uso en la industria de la construcción.
Este emprendimiento conjunto deberá competir también con grupos como NitroPep, una compañía que desarrolla capas de material con partículas diminutas tipo agujas que pinchan y matan virus.
“Lo que hace nuestra tecnología es interrumpir la posibilidad de que las bacterias hablen entre sí para que no puedan formar un biofilm (una biopelícula). En lugar de intentar matarlas con químicos agresivos estamos usando un modelo de señalamiento de la naturaleza”, explica Hague. “Las algas marinas no pueden recubrirse con biofilms, siempre están limpias porque tienen un mecanismo de defensa”,
