La idea pertenece a Lea von Bidder, una emprendedora suiza que fundó AVA, una compañía tecnológica que fabrica una pulsera que monitorea la fertilidad. Es, por ahora, un mercado de nicho, y por eso, explica Lea, su compañía tiene tan pocos competidores. Pero el producto es prometedor y los inversores de riesgo ya están haciendo cola para respaldarlo.
Ava hace una pulsera que funciona como los rastreadores que controlan la actividad, el ejercicio , el sueño, la nutrición y el peso. Esta vez le toca a la fertilidad, que hasta ahora sólo ofrecía “el palito de la orina”.
La pulserita mide nueve indicadores de fertilidad: ritmo cardíaco, pérdida de calor y señales eléctricas del cuerpo entre ellos. Además de terminar con las inconveniencias del test de orina la compañía dice que su producto revela más días fértiles que otros métodos rivales, como tomarse la temperatura.
“La medición de la temperatura es retrospectivo. Sólo se puede confirmar, después de tener sexo, si estabas en una ventana de fertilidad, no detecta en tiempo real. Nosotros detectamos la ventana de fertilidad en tiempo real”.
El producto sirve desde los 20 años en adelante: cuando buscás quedar embarazada, cuando estás embarazada, cuando no querés quedar embarazada y cuando llega la menopausia. Te ayuda a entender mejor tu cuerpo.
Una prueba clínica que se realizó en el Hospital Universitario de Zurich comprobó que el producto detecta un promedio de 5,3 días fértiles por ciclo menstrual con una precisión de 89%.
De todos modos, hasta que el dispositivo no sea sometido a una cantidad de otros experimentos y pruebas, lo que impera todavía es el escepticismo.
Algunos expertos en fertilidad afirman que es mejor dejar que la Naturaleza siga su curso pues someterse al estrés de programar el momento con precisión puede resultar contraproducente.
Von Bidder coincide con esta crítica, pero añade que el dispositivo puede ayudar a las parejas ansiosas por concebir a hacer una complicada planificación que también es estresante. “Esto da más tiempo, ayuda a planificar y a hacer más intentos durante la ventana de fertilidad”.
De todos modos, el producto ya se está vendiendo en el website de la compañía. A pesar de haber conseguido el respaldo del gobierno suizo el negocio, que ya tiene dos años, se mudó a Silicon Valley y los inversores de riesgo ya le han aportado US$ 12 millones.