Es la primera ciudad europea en adoptar el programa Waze Connected Citizen , mediante el cual las autoridades del transporte intercambian información con una app de navegación de Google.
Los que usan el programa pueden informar accidentes, embotellamientos y esa información pasa a otros automovilistas. Los datos también los comparten los gobiernos municipales y así pueden ayudar a resolver pronto los problemas y a enviar patrullas de emergencia.
Ya hay 55 ciudades que informan a Waze que transmiten sus problemas de tránsito a Waze.
Queda demostrado así que la idea complicada que tenemos de ciudad inteligente como una maraña de sensores colocados en todas partes, podría llegar a ser tan simple como un par de aplicaciones en los móviles.