Hay señales de que el mundo podría finalmente concentrarse en atacar de raíz la causa de la crisis climática reduciendo las emisiones de carbono. Pero, por si no lo logra, un grupo de científicos acaba de explicar cómo desarrollar un plan de reaseguro.
La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos dio a conocer un informe “monstruo” donde explica cómo Estados Unidos podría crear un plan para bloquear el sol si el mundo no pudiera reducir el carbono con la celeridad necesaria o si el calentamiento global se convierte en un peligro para la existencia humana. Las comprobaciones del más alto instituto de ciencia indican que Estados Unidos podría estar encaminándose hacia el comienzo de la investigación en un tema que hasta hace algunos años era tabú.
“Con la inclusión del reporte de la Academia Nacional de Ciencias en este campo , queda claro que la geoingeniería solar ya no puede ser considerada en la periferia de la política del clima o una propuesta futurística a considerarse más adelante”, dijo Kevin Surprise, un catedrático que no participó en el informe. Dijo a la prensa que el reporte fue encargado para “brindar recomendaciones sobre cómo instalar un programa de investigación “que fije una agenda para la ciencia, el gobierno, la cooperación internacional y que comprenda también al público. Presenta tres de las ideas más comunes para controlar el cielo, que incluyen inyectar diminutas partículas reflectoras en la estratosfera, iluminar las nubes marinas usando partículas diminutas y adelgazar las nubes cirros.
Las investigaciones han demostrado que las tres opciones podrían enfriar la tierra bloqueando la entrada de la luz solar o, en el caso del adelgazamiento de los cirros, permitir que se escape más calor de la superficie del planeta.
Sin embargo, las tres encierran riesgos que podrían alterar el clima de otros modos y ninguno solucionaría los problemas de la acidificación de los océanos o la polución local que resultado de quemar combustibles fósiles y otras actividades industriales.
No obstante, todos podrían poner un importante freno al descontrolado cambio climático. Y con el tiempo limitado que existe para resolver la crisis, hay una urgencia por entender lo que pasaría si ponemos ese freno. El reporte aboga por un programa limitado de investigación de US$ 100 millones a US$ 200 millones a desembolsar en en cinco años con rigurosos criterios de transparencia y objetivos.
Destinar dinero público para el esfuerzo en lugar de la mezcolanza de financiamiento privado que alimentó hasta ahora buena parte de la investigación podría contribuir a lograr esa transparencia. También ayudaría crear una estructura de gobierno que vigile con exactitud quién está haciendo qué cosa.
El reporte menciona una serie de iniciativas de investigación en el sector salud sobre problemas delicados que podrían dar una idea de cómo hacer para encarar el tema de manipular el clima del planeta. Uno de ellos es el registro de la OMS para la edición del genoma humano, que fue anunciado a fines de 2018. El registro no impidió el avance de los experimentos, incluida la perspectiva de alterar el genoma de bebés, pero al menos brinda cierta seguridad de transparencia en un campo que crece a toda velocidad.
Para la geoingeniería, eso sería crucial dado que la perspectiva de alterar el sistema climático global en modos drásticos podrían dañar a algunas comunidades e industrias para beneficiar a otras. Avanzar con un plan para bloquear la luz solar que entra a la atmósfera podría alterar los patrones de precipitaciones y afectar a comunidades enteras. Si bien Estados Unidos tiene la obligación de financiar investigaciones sobre cómo enfriar la tierra dada la responsabilidad que le cabe por haber sido un gran emisor de dióxido de carbono, sus prioridades son diferentes de las de, por ejemplo, naciones que son pequeñas islas. Permitir que fije unilateralmente los términos del compromiso con la geoingeniería podría aumentar aun más las desigualdades entre países.
Actualmente, dice el informe, no hay regulación en geoingeniería, ni en Estados Unidos ni en el mundo. Para que esta investigación avance por caminos controlados surge la necesidad de crear un sistema internacional que detecte, evalúe y controle los riesgos climáticos y de seguridad internacional que puedan derivarse de la intervención humana en el clima planetario.