lunes, 30 de diciembre de 2024

Un auto inteligente que puede leer las señales del cerebro

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Una interfaz cerebro-vehículo facilita y personaliza la experiencia de manejar.

Un equipo de investigadores de EPFL y Nissan ha logrado leer las señales cerebrales del conductor y enviarlas a un vehículo inteligente para que pueda anticipar los movimientos del conductor y facilitar el manejo del auto. Nissan acaba de presentar su tecnología cerebro a vehículo (B2V, según siglas inglesas.

 

En el futuro los autos serán autónomos y manuales. “Queríamos aprovechar la tecnología para mejorar las habilidades de los conductores sin interferir con el placer de estar detrás del volante”, explica José del R. Millán, quien preside la Defitech Foundation Chair in Brain-Machine Interface (CNBI).

Como parte de un proyecto conjunto con investigadores de Nissan basados en la CNBI, el equipo logró leer las señales del cerebro que indican que el conductor está por hacer algo — como acelerar, frenar o cambiar de carril – para enviar esa información al vehículo. Con este aviso que le llega varios cientos de milisegundos antes, el vehículo inteligente puede anticipar los movimientos del conductor y así facilitar la maniobra resultante. El auto también viene equipado con sensores para vigilar su entorno, lo que significa que puede ayudar al conductor cuando las condiciones del tránsito son difíciles.

Una experiencia de manejo más fácil y personalizada

Las señales producidas en la corteza cerebral motora son detectadas usando un asco para electroencefalografías. Luego son enviadas al vehículo para su procesamiento. Asl combinar esos datos con la información detectada por sus propios sensores el auto puede reaccionar ante la situación de marras. “Si usted está llegando a un semáforo en rojo y se apresta a frenar, el auto le ayudará comenzando a frenar entre 200 y 500 milisegundos antes que usted. Pero si usted se aproxima a una luz roja y su cerebro no muestra ninguna intención de bajar la velocidad, el auto le advertirá que la luz está roja para asegurarse de que la ha visto”, explica Millán.

Todos nosotros generamos distintos patrones de señales cerebrales, entonces el vehículo aprende de cada conductor y personaliza su software. Almacena las rutas acostumbradas de la persona, sus hábitos de manejo , su estilo y usa esta información para anticipar con más precisión lo que cada conductor podría hacer en cada caso.

La interfaz cerebro- máquina no sólo facilita el manejo sino que también crea una experiencia más personalizada, porque el auto siempre va a estar en sintonía con el conductor.

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