Se trata del príncipe Mohammed bin Salman al-Saud, conocido por sus iniciales MBS, quien con su “Visión 2030” se propone una modernización tecnológica profunda de su país, Arabia Saudita.
Los dos hombres se reunieron en Riyadh para trabajar en los detalles de una sociedad de US$ 100.000 millones. La sociedad permitirá a Son invertir en el futuro de la tecnología y a Arabia Saudita cosechar los beneficios.
Arabia Saudita se ha comprometido a aportar US$ 45.000 millones; el banco japonés promete por lo menos US$ 25.000 millones y buscarán otros US$ 30.000 millones entre grandes inversores globales.
“Es un matrimonio de intereses”, dice un observador. “Los sauditas quieren llevar tecnología a su país y el japonés Son quiere ser el jugador tecnológico más grande del mundo.