La policía investiga el caso con mucho interés, porque del resultado se va a definir si el mundo necesita o no autos autónomos. En principio hay que aclarar que no hubo víctimas: el Volvo de Uber quedó volcado sobre uno de sus costados y el auto conducido por una persona quedó con las ventanillas astilladas. En el volvo había dos técnicos sentados en la parte delantera.
Hasta ahora las investigaciones parecen demostrar que el autónomo no tuvo la culpa, pero las investigaciones no han concluido. El resultado urge, porque si el culpable no fue el autónomo sino el manejado por un humano, se comprobaría que el mundo necesita la automatización porque las personas cometen muchos errores al manejar.
Si, por el contrario, se comprobara que la culpa la tiene el autónomo, se volverá a poner sobre el tapete, el problema de la inseguridad que podría implicar que los autos sean manejados por un software y sensores.
La trercera pata de este problema es la posible convivencia de humanos al volante y autos sin conductor. Ya se sabe que los humanos cometen muchos errores, sea por distracción, sea por impericia, sea por inexperiencia, sea por exceso de seguridad. ¿Estarán preparados los autos autónomos para prevenir e impedir tantos errores?