El grupo tecnológico de transporte automotor por aplicación atraviesa una vacío de liderazgo luedo de la renuncia del CEO Travis kalanick, una medida que dividió a los accionistas luego de que los tres puestos más altos quedaron vacantes. La partida de kalanick se produjo por presión de los inversores alarmados por varios meses de crisis y por 215 demandas del personal de la compañía, que incluyeron varias de acoso sexual.
Kalanick, uno de los fundadores de la compañía fue obligado a renunciar por un grupo de inversores sin que haya un sucesor listo para reemplazarlo luego de meses de problemas que afectaron la actividad de Uber.
A pesar de todos estos problemas, los ingresos de la compañía aumentaron a US$ 3.400 millones en el primer trimestre y Kalanick tiene un capital neto de unos US$ 6.700 millones.
Lo que diferencia la partida de kalanick de Uber de la de Steve Jobs de Apple o la de Jack Dorser de Twitter es que aquí no hay sucesor a la vista ni plan de sucesión ni sucesor inminente a la vista. El directorio, hasta ahora, no ha dado pistas.
Sobre esto, los inversores están divididos y no tienen claro cómo van a ssarli. Uno de ellos dijo con preocupación que va a ser muy difícil para la compañía funcionar si su plantel general en su puesto.