Tres gigantes japoneses en apuros
Afectadas por la crisis global y malas decisiones, Sony, Sharp y Panasonic reportan grandes pérdidas.
2 noviembre, 2012
<p>on todo, Sharp no cambió su rumbo. Creó una nueva fábrica en Sakai, donde podían fabricar 6 millones de paneles LCD por año. Se perdió la ola de los teléfonos inteligentes y las ventas de sus celulares cayeron a la mitad de 2007 a 2012. En 2011 estalló la burbuja solar y el negocio de las baterías solares entró en problemas. Desde entonces la unidad no da utilidades.<br />
Panasonic, por su parte, también apostó fuerte a los televisores de plasma en 2003. También apostó a los paneles solares y las baterías recargables, comprando Sanyo en 2009. Pero ahora que el plasma es una tecnología en decadencia y la energía solar hace esfuerzos por salir adelante, Panasonic está abrumada por las deudas.<br />
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De las tres, Sony parece haber sido la más clarividente. Sus ejecutivos pregonaban el poder de las redes y del contenido desde los años 90 mientras iban acumulando un amplio catálogo de música y películas para atraer a los usuarios de sus dispositivos. También recortó costos y puestos de trabajo y vendió negocios improductivos reorientando la compañía hacia las cámaras digitales y la tecnología de imagen, video juegos y dispositivos móviles. Este trimestre, la venta de su negocio de productos químicos, que hacía materiales para LCD y lentes ópticas, ayudó a aliviar las pérdidas. Ahora se encamina hacia el campo de la medicina con inversiones en Olympus, el fabricante de endoscopios.<br />
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<p>La escala de las pérdidas es resultado de errores específicos, desde enormes inversiones en tecnologías equivocadas hasta la renuencia a salir de negocios deficitarios. La burbuja de manufactura que vivió Japón a mediados de los 2000, alimentada en parte por una moneda débil y el dinero de los norteamericanos que evitaban los altos precios en su país enmascaró la debilidad continuada de sus modelos de negocios y alentó a las compañías a hacer grandes apuestas que no resultaron.<br /><br />Cuando en 2008 la crisis financiera global terminó con ese florecimiento, las tres se encontraron con capacidad ociosa, demasiado personal e inversiones imposibles de recuperar. Con todo, se resistieron a apartarse de los caminos que las habían llevado a la gloria. Hacen falta reformas profundas que enderecen la situación.<br /><br />Sharp es la que más cayó. Fue la mayor beneficiaria de la burbuja de manufactura: del 2000 al 2009 sus ganancias saltaron 150%. Sus televisores Aquos de pantalla de cristal líquido, fueron un éxito en el naciente mercado de la pantalla chata. Luego sacó el celular Aquos que batió récords de ventas. Las baterías solares también se vendieron muy bien ayudadas por una burbuja de tecnologías verdes.<br /><br />El éxito de la compañía durante ese período parecía validar la tendencia de Japón a fabricar in-house sus productos más importantes.<br /><br />Con la crisis financiera, cayeron los precios de los televisores de pantalla chata, que ya se convertían en commodities que imitaban empresas novatas. En 2008 llegó el iPhone a Japón y con él el fin de la era de los teléfonos estilo japonés. Nuevas empresas chinas comenzaban a inundar los mercados globales con baratos paneles solares y baterías. But even before the financial crisis, analysts were warning of an impending crash in prices of flat-panel televisions, which were fast becoming commodities that cheap upstarts could emulate. En el terreno de electrónicos para consumo masivo tercerizar la manufactura se convirtió en la norma.<br />C</p>
<p>Después de años de malas apuestas y oportunidades perdidas, tres de los gigantes electrónicos de Japón muestran las señales del daño. After years of bets gone wrong and lost opportunities, three of Japan’s consumer electronics giants are showing some signs of faltering.</p>
<p>El martes Sharp anunció una pérdida para el año de US$ 450.000 millones y advirtió que tiene serias dudas sobre sus posibilidades de sobrevivir. <br />
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El mismo día, las acciones de Panasonic perdieron un quinto de su valor en Tokio luego de que la compañía pronosticara una deuda neta anual de US% 9.600 millones por deudas incobrables en sus negocios de energía solar, pilas y dispositivos móviles. <br />
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Sony, tal vez la mejor posicionada de las tres, registró una pérdida neta de US$ 194 millones por el trimestre y anunció caída de ventas en casi todos los productos que ofrece. <br />
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El CEO de Sharp, Takashi Okuda, dijo a la prensa que la compañía tiene mucha tecnología que puede aprovechar para revivir y generar ganancias, pero no tiene la vitalidad necesaria”. Las pérdidas en el tercer trimestre fueron muy superiores a las esperadas. Tienen un flujo de caja seriamente negativo y serias dudas sobre la posibilidad de continuar operando. Por ahora están reduciendo sueldos, recurriendo a los retiros voluntarios y venta de activos para generar flujo de caja. <br />
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Aunque Sharp es la más afectada de todas, las tres empresas tienen problemas similares. <br />
Las tres hacen productos de buena calidad y hasta de última tecnología, pero también lo hacen sus competidores en el extranjero, generalmente a menos precios. Ninguna de las tres logró generar el furor que generó Apple o el músculo de marketing de Samsung Electronics. Además, el yen insistentemente alto se come la competitividad mientras que la disputa territorial de Japón con china dañó las ventas en el continente. <br />
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