Tras la caída de crudos, el agua puede valer tanto o más en el futuro

Eso reiteran científicos y estrategas. Este siglo debe prever una falta de agua dulce en grado similar a la de petróleo en el último cuarto del XX. Hasta cabe prever choques entre países donde el elemento abunda y el resto del mundo.

29 diciembre, 2008

Eventualmente, surgirá un mercado donde el agua se cotice, así como sucede con los “créditos” tasados en emisiones de carbono. El papel que hoy cubren las reservas submarinas de crudos les cabrá a los enormes acuíferos sudamericanos, africanos y canadienses.
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<p>Ese agotamiento de reservas quiz&aacute; tenga efectos peores que en el caso de los hidrocarburos, pues trasformar&aacute; mercados, ecosistemas y la geopol&iacute;tica mundial. Naturalmente, no todos creen que el recurso pase a ser negociable. Apuntan a China, India, Rusia, Brasil y otras econom&iacute;as no tan condicionadas al lucro privado. </p>
<p>&iquest;Cu&aacute;l es el perfil h&iacute;drico del planeta? El agua salada, s&oacute;lo apta si se la desaliniza &ndash;algo por hoy imposible en altamar-, representa 97% de la masa total. En cuanto al 3% restante, su uso humano vive un auge por efectos de sobrepoblaci&oacute;n, industrializaci&oacute;n y creciente necesidad de alimentos. </p>
<p>Hacia 1900, el consumo h&iacute;drico totalizaba cerca de 700 kil&oacute;metros c&uacute;bico, se&ntilde;ala un informe de Sustainable Asset Management, una consultor&iacute;a de Z&uuml;rich. Hace un a&ntilde;o, la cifra se elevaba a 3.840 km3 (+400%) y probablemente alcance cinco mil (+550) en 2026. Por supuesto, las dos &uacute;ltimas cifras siguen lejos de los 9.000/12.000 km3 anuales aportados por lluvias en &aacute;reas accesibles. Pero, sostienen los promotores del &ldquo;mercado h&iacute;drico&rdquo;, contaminaci&oacute;n, derroche, sequ&iacute;as y una forma de efecto invernadero (posible debido a la ca&iacute;da de precios petroleros), la licuaci&oacute;n de glaciares, deteriora las reservas disponibles. </p>
<p>Ya se observa racionamiento h&iacute;drico en California, desecamiento en la cuenca del r&iacute;o Amarillo (China) o reducci&oacute;n glaciar en la Patagonia argentino-chilena. Los gigantescos desprendimientos de t&eacute;mpanos circumpolares son otros signos. Hacia 2030, estima la Organizaci&oacute;n de Coooperaci&oacute;n para Desarrollo Econ&oacute;mico (OCDE), m&aacute;s de media humanidad vivir&aacute; en zonas con problemas de abasto h&iacute;drico. </p>
<p>Seg&uacute;n una encuesta realizada en 2007 Marsh Center for Risk Insights, 40% de las mil empresas en la lista annual &ldquo;Fortune&rdquo; estima que los efectos de la escasez h&iacute;drica ser&aacute;n &ldquo;de severos a catastr&oacute;ficos&rdquo;, apenas 17% se prepara para esa eventualidad. &ldquo;Muchas compa&ntilde;&iacute;as ni siquiera han empezado a pensar en el tema o se lo dejan al gobierno&rdquo;, subraya Howard Kunreuther (centro para gesti&oacute;n de riesgos, Wharton). &ldquo;La gente sigue considerando el agua como don del cielo, aunque cada mes les llegue una factura por el servicio&rdquo;. </p>
<p>Igual lenguaje emplea Witold Henisz (Foro Econ&oacute;mico Mundial, Davos) especialista en riesgos ecol&oacute;gicos. &ldquo;No ser&aacute; el fin del mundo. Pero habr&aacute; precios para el agua y, m&aacute;s a&uacute;n, rivalidades entre pa&iacute;ses por el acceso al recurso&rdquo;. No obstante, para la mayor&iacute;a de la poblaci&oacute;n global, no es cosa de mercados ni negocios. De acuerdo con el Consejo Mundial del Agua, 1.100 millones de personas sufren por falta de agua potable y otros 2.600 millones carecen de instalaciones sanitarias adecuadas: 60% de la humanidad. </p>
<p>La mala calidad h&iacute;drica, indica Naciones Unidas, causa diarrea infantil y otros males que matan 1,6 millones por a&ntilde;o. Obviamente, durante a&ntilde;os eso problemas han sido con insuficientes estructuras o prestaciones en pa&iacute;ses emergentes y subdesarrollados. Pero, con una poblaci&oacute;n mundial capaz de alcanzar 9.000 millones hacia 2050, el surgimiento del agua como bien de cambio puede tener graves implicancias sociales y pol&iacute;ticas. </p>
<p>Muchos empiezan a temer una crisis de corte maltusiano, no siempre por buenas razones. Por ejemplo, hace poco Goldman Sachs coincid&iacute;a en que la falta de agua acabar&iacute;a siendo una amenaza geopol&iacute;tica superior a los precios agr&iacute;colas y el agotamiento de hidrocarburos. Ya en 2006, Nicolas Stern compart&iacute;a esas aprensiones en un denso estudio encargado por el gobierno brit&aacute;nico. </p>
<p>A GS eso lo fascina. Seg&uacute;n la ex firma de valores, hoy banco comercial, cada veinte a&ntilde;os se dobla el consumo h&iacute;drico mundial y, en muchas zonas, falta agua porque las lluvias no logran cubrir la demanda local. Por consiguiente, el banco otrora dirigido por Henry Paulson prev&eacute; un aumento en el precio eventual del agua y lo ve como &ldquo;oportunidad, casi como el petr&oacute;leo del futuro&rdquo;. </p>
<p>Tanto GS como Stern creen que las ganancias en ese hipot&eacute;tico mercado no provendr&aacute;n del agua en s&iacute;, sino de colocaciones en infraestructura, tecnolog&iacute;a, exploraci&oacute;n y distribuci&oacute;n. Verbigracia, EE.UU. deber&aacute; gastar alrededor de un bill&oacute;n de d&oacute;lares a valores corrientes en hidroductos y reciclaje de aguas usadas de ahora a 2020. Stern estima que el lado tecnol&oacute;gico del futuro negocio (desalinizaci&oacute;n, purificaci&oacute;n) ya representaba en 2007 alrededor de US$ 425.000 millones. </p>
<p>Proveer agua depende de las pol&iacute;ticas de precios. Mark Zeitoun (London School of Economics) sospecha que la agricultura &ndash;especialmente la subsidiada por gobiernos- es la m&aacute;xima culpable del derroche. Los productores suelen preferir cultivos hidrointensivos, como la papa en Polonia, Holanda o Israel. En este caso, desperdician el agua que falta en Palestina, Jordania y Siria. </p>
<p>En verdad, el conjunto de reservas debiera alcanzar para todos, pero las mayores fuentes h&iacute;dricas a menudo est&aacute;n mal ubicadas o son costosas de transportar. En otro plano, los problemas tienden a aumentar debido al efecto invernadero. Aun sin eso, que a Brasil o Canad&aacute; les sobre agua no ayuda a Yem&eacute;n, Etiop&iacute;a, China o la faja sahariana. </p>
<p>El consumo humano directo representa apenas 10% del agua dulce, que circula por canillas, duchas o mangueras. El doble, 20%, se emplea en la industria. El 70% restante &ndash;bastante m&aacute;s en econom&iacute;as subdesarrolladas- lo absorben explotaciones agroganaderas. Casi 18% de tierra bajo cultivo depende de la irrigaci&oacute;n. </p>
<p>El segundo informe de la ONU sobre oferta h&iacute;drica global (2007/8) estima que esa proporci&oacute;n ir&aacute; subiendo a medida como los mercado respondan al 55% de aumento en la demanda proyectado hacia 2020. Los promotores del recurso como negocio hablan de un concepto novedoso, &ldquo;agua virtual&rdquo;, para definir c&oacute;mo los precios afectar&iacute;an los mercados. Por ejemplo, se precisan 13.000 litros por cada kilo de carne vacuna. As&iacute;, un kilo de hardware equivale al agua virtual de los bienes y servicios transados v&iacute;a computadoras. </p>
<p>Para un negocio global del agua &ldquo;estimado en US$ 400/500.000 millones anuales, obtener y trasportar agua en forma convencional tambi&eacute;n depara oportunidades&rdquo;. Quiz&aacute; por ello, en el seco oeste tejano el magnate petrolero Thomas Boone Pickens viene comprando hect&aacute;reas de derechos a aguas subterr&aacute;neas. Pero su idea no responde a la imaginaci&oacute;n de Cohen: s&oacute;lo proyecta un hidroducto para venderle agua a Dallas. </p>

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