Se trata del “Skydrive” que está desarrollando Cartivator, una startup formada por 30 jóvenes voluntarios que trabajan con el experto en drones Masafumi Miwa, de la universidad de Tokushima.
Se proponen hacer volar el auto el año próximo y comercializarlo a tiempo para encender la antorche de los juegos olímpicos de Tokio en 2020.
El SkyDrive, con sus 2,9 metros de longitud, sería el objeto volador más pequeño del mundo. El modelo de Cartivator podría despegar de cualquier calle pública, sería “intuitivo” y fácil de controlar, según explica la página Zenmono.
Toyota aportó unos US$ 353.000 y ofreció la experiencia de sus ingenieros mecánicos. El grupo de jóvenes también recibió la ayuda del fundador de los juegos web. Hay muchas empresas trabajando en autos voladores. Pero certificar en estados Unidos un vehículo volador requiere millones de dólares y la cooperación de los reguladores federales.
Hace décadas que los autos voladores despiertan la imaginación de muchos, y finalmente la tecnología parece estar en condiciones de hacerlos realidad. Pero, aun si alguien lograra fabricar un auto volador barato, seguro y eficiente, los gobiernos deberían encontrar la forma de concederle licencia, capacitar pilotos e introducirlo en el sistema de control de tráfico aéreo, entre otros muchos inconvenientes.
Pero Toyota sigue adelante con la nueva tecnología y anunció la semana pasada que invertirá US$ 9.300 millones en la nueva tecnología aunque ahora parezca una extravagancia. “Las cosas no progresan si uno espera y ofrece dinero sólo cuando la tecnología está lista”, dijo Takeshi Ichiyamada, CEO de Toyota.