A algunos les seduce la imagen de Canadá como un paraíso liberal donde la diversidad, la inclusión y la humildad triunfan frente a la codicia y la intolerancia.
En un momento en que Donald Trump refuerza las fronteras de Estados Unidos y endurece la entrega de visas para técnicos extranjeros el primer ministro canadiense Justin Trudeau abre los brazos de Canadá aun más y promete recibir a 350.000 inmigrantes más para 2021. Como resultado de esa política Toronto sumó más empleos tecnológicos nuevos entre 2013 y 2018 que cualquier otro mercado norteamericano encuestado.
En tecnología la fuerza laboral es vista como diversa, reservada y amable. Si Silicon Valley premia los productos para el consumo capaces de crear tendencia, las startup de Toronto tienden a orientarse más hacia servicios y productos para empresas y gobiernos y menos atractivos al público en general. Si California produce “unicornios”, o sea compañías tecnológicas privadas valuadas en miles de millones de dólares, los techies canadienses hablan de crear “narvales”, que son pequeñas ballenas solitarias que surcan las aguas del Ártico.