Todo lo que traerá la inteligencia artificial

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Crecerá en forma notable la desocupación de la fuerza laboral humana. Millones de personas quedarán desocupadas. Esa es la predicción para el futuro cercano. No sorprende. 

Estamos ya acostumbrados a ver máquinas en lugar de personas en supermercados, en bancos, en oficinas administrativas, y hasta en ciertos servicios de las empresas de transporte.

Pero ese es el preludio. El problema será realmente grave cuando se sienta el pleno impacto de la inteligencia artificial, proceso que avecina rápido antes de que aprendamos a usarla correctamente y minimizando sus efectos negativos. Aquí sí, vale la analogía histórica. Muchos de los argumentos recuerdan lo que vociferaban los que destruían máquinas al comienzo de la Revolución Industrial.

Por eso importa poner el problema en perspectiva. La AI, como ya se la conoce, ha logrado avanzar a través de una técnica conocida como aprendizaje profundo. Cuando se le suministra una cantidad impresionante de datos, sobre el modelo y la forma en que opera el cerebro humano, se puede alcanzar y conocer una inmensa variedad de cosas.

Ya lo conocemos. Es el mecanismo con que funciona el buscador de Google, pero que también usan de distinto modo Facebook, Apple o Amazon. Pero como en los últimos tiempos se aceleró su avance, comenzó el temor por perder enorme cantidad de puestos laborales.

La lucha entre el hombre y la máquina parece retornar. Si AI se va de control, el temor es que precipite un encuentro feroz entre la gente y las máquinas. Otros analistas, menos intimidantes, sospechan que habrá alto desempleo porque las máquinas estarán en condiciones de desarrollar tareas cognitivas hasta ahora exclusividad de los seres humanos. 

No es casual que en las Naciones Unidas muchos países pidan la prohibición absoluta de desarrollar armas robóticas con inteligencia artificial. La sombra de Terminator sobrevuela esas sesiones.
Sin embargo, los científicos que trabajan en AI insisten, de forma tranquilizadora, que por más adelanto que haya, las nuevas máquinas pueden realizar solamente tareas específicas para las que fueron diseñadas. La posibilidad de que burlen al cerebro humano les parece una perspectiva incierta y en todo caso muy lejana. Ojalá tengan razón.

Por ahora, lo que realmente importa es el impacto que tendrá la AI sobre el trabajo y la vida cotidiana de la gente. Los optimistas recuerdan que hasta hoy, cada avance tecnológico creó más trabajos que los que destruyó (como con el arribo de las computadoras personales). El adelanto genera empleos relacionados con la tarea de estas máquinas.

Pero de modo inexorable, los dueños de las empresas y especialmente el personal deben estar listos para recibir nueva capacitación y entrenamiento que les permita reinventarse en sus puestos de trabajo.

 

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