El proyecto se debe al gobierno entonces encabezado por el “modernizante” Junichiro Koizumi y su ministro de interior, Taro Aso. Su instrumento iba a ser el ex monopolio estatal Nippon Telephone & Telegraph (NTT). Poco después, la Unión Europea empezó a desarrollar algo parecido.
El modelo japonés, mientras tanto, invertía alrededor de US$ 40.000 millones en un plan que iba de 2005 a 2010. Algo después, Surcorea, Taiwán, Singapur, Hongkong y Shanghai adherían al proyecto de “sociedada ubicua”.
Arguyendo pretextos tales como “dirigismo oriental”, Occidente se limitaba a observar desde fuera. Cuando se dio cuenta de adónde iban Japón y sus socios, el plan era ya demasiado serio como para torpedearlo. En corto plazo, el Sol naciente y sus 128 millones de habitantes dispondrán de banda ancha universal por sólo € 15/US$ 24 mensuales y a velocidad galáctica: cien megabitios por segundo.
El servicio podrá ligar redes fijas con móviles y viceversa, en cualquier punto del paìs, en todo momento. Ulteriormente, alcanzará el resto de Asia oriental y sudoriental. El proyecto se llama ahora u-Japan y su lema es AAAA: “anytime, anywhere by anything and anyone”. Also así como “en todo momento, medio y usuario”. Ante esto, las ofertas latinoamericanas suenan a antiguallas.
La infraestructura japonesa debe estar a punto para 2010/11. En una sociedad cuya gente vive un promedio de 82 años, la “banda superancha” atraerá, empero, a los jóvenes. No obstante, AAAA producirá cambios cualitativos en todos los niveles etarios, vía trabajo a distancia, salud, educación, actualización profesional, transportes, energía y hasta emergencias como tifones. El celular dejará de ser una herramienta de marketing orientada a adolescentes o entrenimientos triviales.
El proyecto se debe al gobierno entonces encabezado por el “modernizante” Junichiro Koizumi y su ministro de interior, Taro Aso. Su instrumento iba a ser el ex monopolio estatal Nippon Telephone & Telegraph (NTT). Poco después, la Unión Europea empezó a desarrollar algo parecido.
El modelo japonés, mientras tanto, invertía alrededor de US$ 40.000 millones en un plan que iba de 2005 a 2010. Algo después, Surcorea, Taiwán, Singapur, Hongkong y Shanghai adherían al proyecto de “sociedada ubicua”.
Arguyendo pretextos tales como “dirigismo oriental”, Occidente se limitaba a observar desde fuera. Cuando se dio cuenta de adónde iban Japón y sus socios, el plan era ya demasiado serio como para torpedearlo. En corto plazo, el Sol naciente y sus 128 millones de habitantes dispondrán de banda ancha universal por sólo € 15/US$ 24 mensuales y a velocidad galáctica: cien megabitios por segundo.
El servicio podrá ligar redes fijas con móviles y viceversa, en cualquier punto del paìs, en todo momento. Ulteriormente, alcanzará el resto de Asia oriental y sudoriental. El proyecto se llama ahora u-Japan y su lema es AAAA: “anytime, anywhere by anything and anyone”. Also así como “en todo momento, medio y usuario”. Ante esto, las ofertas latinoamericanas suenan a antiguallas.
La infraestructura japonesa debe estar a punto para 2010/11. En una sociedad cuya gente vive un promedio de 82 años, la “banda superancha” atraerá, empero, a los jóvenes. No obstante, AAAA producirá cambios cualitativos en todos los niveles etarios, vía trabajo a distancia, salud, educación, actualización profesional, transportes, energía y hasta emergencias como tifones. El celular dejará de ser una herramienta de marketing orientada a adolescentes o entrenimientos triviales.