Intel está en el negocio de los chips pero, de manera creciente, está invirtiendo en creación de productos terminados de consumo masivo para poder venderlos. Eso fue lo que hizo con Classmate PC y ahora hará lo suyo con un nuevo teléfono inteligente orientado a los mercados en desarrollo, aquellos donde todavía no hay saturación de dichos aparatos. Para atraer a estos nuevos consumidores diseñó un teléfono que usa un procesador Atom Z2410.
No es algo nuevo para Intel que en el pasado trató de hacer lo mismo con las ultrabooks, casi copiando el diseño original de la Macbook Air de Apple. Hizo lo mismo con su Classmate PC, una notebook que también fue diseñada para vender a instituciones educativas en países en vías de desarrollo. Tuvo un éxito relativo: aunque fueron populares en Portugal, no lograron despegar en muchos lugares más.
El problema con Intel es que llega tarde al negocio de los teléfonos y tabletas; le ha cedido mucho terreno a los chips ARM.