Sexo en Internet: 167 millones de entradas y US$ 220 millones de gasto
Alrededor del mundo, la palabra sexo es la más frecuente en la Red. No sorprende que los sitios sexuales y eróticos hayan insumido a los visitantes US$ 220 millones, aunque sólo en Estados Unidos. Pero casi nadie cliquea en spams.
5 diciembre, 2002
Por supuesto, la primera estadística –167 millones de entradas por mes- proviene del megabuscador Google, aunque no de su nuevo servicio Zeitgeist (una especie de servicio de data mining en potencia). La segunda cifra se limita al año 2001, EE.UU. y los sitios rentados. No obstante, tanto Google como dos consultoras independientes estiman que, ya en la primera mitad de 2002, ambos síntomas siguen en aumento.
Curiosamente, quienes navegan por aguas sexuales en Internet ya no son hombres solitarios ni adolescentes cachondos. De acuerdo con un estudio sociológico hecho en Italia, hoy los temas sexuales se ven en familia, si bien no existen datos sobre si la “familia” incluye menores de edad.
Por otra parte, resulta irónico que, en EE.UU., Canadá y Holanda, el auge de sitios eróticos y sexuales coincida con la decadencia de “spams” orientados a la misma audiencia, que suelen atiborrar los correos electrónicos gratuitos. “La gente está harta y menos de 0,05% cliquea en esos vínculos”, admiten privadamente en los dos servicios más populares del género.
Por supuesto, la primera estadística –167 millones de entradas por mes- proviene del megabuscador Google, aunque no de su nuevo servicio Zeitgeist (una especie de servicio de data mining en potencia). La segunda cifra se limita al año 2001, EE.UU. y los sitios rentados. No obstante, tanto Google como dos consultoras independientes estiman que, ya en la primera mitad de 2002, ambos síntomas siguen en aumento.
Curiosamente, quienes navegan por aguas sexuales en Internet ya no son hombres solitarios ni adolescentes cachondos. De acuerdo con un estudio sociológico hecho en Italia, hoy los temas sexuales se ven en familia, si bien no existen datos sobre si la “familia” incluye menores de edad.
Por otra parte, resulta irónico que, en EE.UU., Canadá y Holanda, el auge de sitios eróticos y sexuales coincida con la decadencia de “spams” orientados a la misma audiencia, que suelen atiborrar los correos electrónicos gratuitos. “La gente está harta y menos de 0,05% cliquea en esos vínculos”, admiten privadamente en los dos servicios más populares del género.