Seguramente pasará mucho tiempo antes de que la compañía pueda superar totalmente el desastre causado por sus teléfonos explosivos. Por ahora, el resultado del tercer trimestre de este año fue que las pérdidas ocasionadas hicieron desaparecer las ganancias de la división smartphones.
Las cifras publicadas dan una ganancia operativa correspondiente a este año no llegaron a US$ 88 millones, mientras que las correspondientes al año pasado, en cambio, ascendieron a US$ 2.100 millones.
La compañía dijo en un comunicado que espera que el tercer trimestre las ganancias vuelvan a los niveles del año pasado, alrededor de los US$ 2.000 millones.
A principios de octubre, Samsung mató el Galaxy Note 7, un teléfono de alta gama con el que pensaba ganar terreno frente a su archirrival iPhone de Apple. En septiembre retiró voluntariamente del mercado todos los teléfonos vendidos cuando muchos de ellos sufrieron explosiones. Luego sacó una segunda tanda, supuestamente con el problema resuelto, pero hubo nuevas explosiones y entonces decidió sacarlo definitivamente del mercado.