Un grupo de investigadores japoneses mostraron cómo un diminuto dron, controlado en forma remota, podría ayudar a las abejas a polinizar ( o sea a fertilizar con polen) las flores en lugares donde éstas han sido reducidas por pesticidas, cambio climático y otros factores.
Eijiro Myako y sus colegas del National Institute of Advanced Industrial Science and Technology aspiran a que, con el tiempo, estas abejas robóticas puedan realizar su parte del trabajo en forma autónoma.
El dron, que se maneja manualmente, tiene 4 centímetros de ancho y pesa 15 gramos. La parte inferior está cubierta de crin de caballo embadurnada con un gel pegajoso especial. Cuando el dron vuela hacia una flor, los granos de polen se adhieren al gel, y luego pasa a visitar otra flor.
Según Miyako, investigador jefe y co-autor del trabajo publicado en la revista Chem, el gel tiene exactamente la cantidad exacta de pegajosidad para poder transportar y depositar los granos de polen. Eso no podría lograrse con adhesivos normales.Los pelos de la crin de caballo crean un área de mayor superficie para adherirse y generar carga eléctrica para mantener a los granos en su lugar.
Ahora los investigadores trabajan en lograr que el insecto robótico vuele automáticamente. Si lo logran, los microrobots, además de polinizar pordían hacer un montón de otras cosas.
“Esperamos que esto ayude a contrarrestar el problema de la declinación de las abejas,” dice Miyako. “Pero lo más importante es que abejas y drones puede usarse juntos.”
En Polonia, un grupo de científicos de la Universidad Politécnica de Varsovia crearon la primera abeja robótica, que encuentra la flor, recoge el polen y lo transfiere de la flor masculina a la femenina para fertilizarla. No pretende reemplazarlas sino complementar su labor. Pero no puede producir miel.
En Harvard los investigadores también trabajan desde hace años en la robo-abeja, o sea micro-robots con vuelo autónomo que podrían usarse, dicen los científicos, para usarse para la polinización cruzada entre otras cosas. El tamaño de los suyos es la mitad de un clip para papeles, pesa menos de la décima parte de un gramo y vuelan usando músculos artificiales que reaccionan a descargas de electricidad y aletean 120 veces por segundo. Pero no tienen el mecanismo para transportar los granos de polen, como el invento japonés.