Asia acepta los robots con mucha más naturalidad que Europa y América. China, Japón y Surcorea los utilizan en forma mucho más generalizada que los países de Europa o América.
A diferencia del profundo recelo que los analistas occidentales miran la robotización, principalmente por su potencial para destruir empleos, el Banco Asiático de Desarrollo acaba de publicar un trabajo donde explica que el aumento de los robots es un movimiento que, en general, está creando empleos, no destruyendo.
El informe hace un análisis de cinco economías asiáticas en desarrollo entre 2005 y 2015 concluye que la automatización, como la adopción de máquinas herramientas modernas y sistemas computarizados en fábricas y oficinas, generó aumento en la demanda de empleo muy superior a las pérdidas de puestos de trabajo. La adopción de nuevas tecnologías estimuló la productividad y el crecimiento económico. Esa transformación, estima el Banco, había creado 134 millones de empleos nuevos comparados con los 101millones perdidos por la tecnología.
Masatoshi Ishikawa, profesor de robótica en la universidad de Tokio, explica esta diferencia de actitud con Occidente atribuyéndola al sentimiento religioso de los japoneses, que acepta con facilidad una existencia robótica. Según él, hay dos tipos de robots: los que hacen el trabajo de los humanos y los que mejoran el trabajo de los humanos. Se escucha hablar mucho del primero pero no del segundo. N lo que respecta al continente asiático, dice, los robots están ayudando a sobrellevar el agudo problema que significa el envejecimiento de la población.