Un grupo de investigadores de la Universidad de Houston anuncian un avance notable en electrónica estirable que puede servir como una piel artificial para permitir a un robot sentir la diferencia entre caliente y frío.
Si bien los robots van avanzando y realizan tareas más complicadas, hay todavía una cosa que las máquinas no pueden hacer: sentir. Pero ahora este grupo de científicos afirma que eso puede cambiar, al menos en lo que se refiere al sentido del tacto.
Cunjiang Yu, profesor de la universidad y otros tres investigadores crearon “un semiconductor en un formato de compuesto de goma” que se puede estirar y aun mantener la funcionalidad; eso permite a una mano robòtica sentir diferencias de temperatura y distinguir entre frío y calor.
En la revista Science Advances describieron “un nuevo mecanismo para producir electrónica estirable, un proceso que necesita materiales de fácil disponibilidad y que podría escalarse para la producción comercial”.
Por lo general, los semiconductores son quebradizos incorporarlos a materiales estirables por lo general requiere procedimientos complicados, explicó Yu en un comunicado. “Nuestra estrategia tiene ventajas para la fabricación simple, manufactura escalable, integración de alta densidad, gran tolerancia a la presión y bajo costo”.
Además de demostrar la sensibilidad a la temperatura del material que usa una mano robótica, los investigadores mostraron también que la piel artificial podía interpretar señales de computación y reproducirlas en lenguaje de signos. “La mano robótica puede traducir el gesto a letras leíbles que cualquier persona puede entender y leer”, agregó.