Pese a todo, los jeques buscan promover tecnologías más limpias

En la Unión de Emiratos Árabes, la contaminación por habitante figura entre las mayores del planeta en términos de dióxido de carbono. No obstante, algunos de esos estados feudales buscan ser más “verdes”.

19 enero, 2009

En Abú Dhabí, el emirato más extenso del golfo, la nafta cuesta apenas doce centavos de dólar (o nueve centavos de euro) por litro. Abundan los vehículos de alto consumo, los edificios están iluminados las veinticuatro horas y el aire acondicionado no se apaga nunca. Ni Las Vegas llegaba a tanto en sus días de oro.
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<p> Sin embargo, los aut&oacute;cratas de la pen&iacute;nsula ar&aacute;biga saben bien que los hidrocarburos con plata, por hoy la &uacute;nica que sostiene sus lujos y reg&iacute;menes. Por supuesto, el petr&oacute;leo es un recurso no renovable, expuesto al agotamiento y fuentes de energ&iacute;a alternativas. Adem&aacute;s, su baja de precio hace suspender o prorrogar exploraciones en &aacute;reas costosas, lo cual frena el aumento de reservas comprobadas.</p>
<p> En s&iacute;ntesis, la UEA (ocho miembros), Kuwait, Bahr&eacute;in, Qatar, Om&aacute;n y Saudiarabia se han puesto de acuerdo para crean un &ldquo;Silicon valley&rdquo; de recursos renovables y &ldquo;verdes&rdquo;. Por ende, dedican miles de millones al desarrollo de nuevas tecnolog&iacute;as, v&iacute;a fondos de inversi&oacute;n destinado a la zona y a proyectos universitarios en Occidente.</p>
<p> Ab&uacute; Dhab&iacute;, por ejemplo, se propone erigir Masdar, una Metr&oacute;polis de tecnolog&iacute;as sin emisiones de di&oacute;xido ni mon&oacute;xido de carbono. El esquema prev&eacute; un laboratorio de investigaciones en sociedad el instituto tecnol&oacute;gico de Massachusetts (MIT), que parece volver a sus ra&iacute;ces.</p>
<p> Se trata de proyectos a largo plazo, destinados a un futuro irreversible de energ&iacute;a y combustibles limpios, al margen de los vaivenes en precios internacional de hidrocarburos. Este tipo de iniciativas, claro, propende a mantener la supuesta primac&iacute;a de la pen&iacute;nsula ar&aacute;bica como exportadora, m&aacute;xime con el desinfle de especulaciones inmobiliarias y tur&iacute;sticas. Motivos tienen: Estados Unidos &ndash;cuyo liderazgo tecnol&oacute;gico peligra- y la Uni&oacute;n Europea buscan ya fuentes de recursos ajenas a esa regi&oacute;n. Los jeques no quieren llegar tarde.</p>
<p> El porvenir no es prometedor. En 2008, el planeta consum&iacute;a 80 millones de barriles diarios en t&eacute;rminos de crudos, cifra que subir&aacute; si los precios se mantienen al nivel actual (US$ 35 a 45 el barril) o bajan, mientras persistan las actuales tendencia en poblaci&oacute;n y demanda. Algunos analistas estiman que ser&aacute; preciso a&ntilde;adir cinco pen&iacute;nsulas ar&aacute;bigas, excluyendo Irak. El fantasma del agotamiento -despu&eacute;s de 2020/5- y las presiones contra combustibles contaminantes no dejan alternativas. </p>

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