El CEO de Softbank, Masayoshi Son, dijo en conferencia de prensa que un robot tendrá corazón y emociones. Saldrá a la venta el año próximo y la compañía dice que es un esfuerzo por paliar el fuerte envejecimiento de la población nipona. Cree que las máquinas podrían desempeñarse como cuidadores de ancianos y ayudar a las empresas a hacer frente a la disminución de la fuerza laboral.
La firma dice también que pondrá el robot en los hogares: Pepper lee cuentos, responde a cosas que pasan, aprende y se regocija. La noticia, si bien impresionante, también inquieta. Es muy posible que en pocos años más esos robots, que ahora se presentan como tecnologías útiles y también simpáticas, realicen en la fábrica la tarea de seres humanos.” Cualquier profesión será vulnerable”, dice Martin Ford en su libro The Rise of Robots.
El futuro de este tipo de robots – sea como compañeros de juegos, como taxis automanejados hasta patrulleros mecánicos — es un panorama complejo de riesgos y beneficios.
Los beneficios económicos y los peligros son difíciles de calcular y los debates éticos apenas comienzan. No se sabe con claridad, por ejemplo, cuánto falta para dejar con tranquilidad un bebé al cuidado de uno de estos engendros mecánicos.