Patentes: Microsoft pone nerviosos a usuarios de Linux
Una nueva estrategia de William Gates y sus huestes desvela al mundo Linux. Se trata de copiar a IBM reivindicando unas 4.500 patentes en poder de Microsoft. Desde archivo de datos hasta técnicas que suelen usar otras compañías.
4 junio, 2004
Aunque todavía no ha habido demandas, la gente adicta a sistemas operativos de fuentes abierta (Linux y otros) teme que el gigante abandone su tradicional bajo perfil jurídico y litigue para usufructuar patentes “dormidas”. Esto sería resultado de las graves sanciones impuestas, en primera instancia, por la Comisión Europea -a punto de apelarse- y consiguientes cambios en el modelo de negocios.
En verdad, la empresa ha confirmado que pondrá en práctica una política pro licenciamiento oneroso de patentes, como reacción a exigencias de reguladores a ambos lados del Atlántico. Algunos califican esto de represalia. Sea como fuere, Microsoft piensa licenciar, incialmente, más de cien patentes.
La compañía ya ofrece licencias que comportan regalías, tanto a socios como a rivales. Eso incluye vendedores de software para sistemas de fuente abierta, vistos por Gates como la máxima amenaza a sus negocios. La nueva táctica echa una nueva e inquietante luz sobre los recientes, presurosos arreglos extrajudiciales con competidores como Sun Microsystems y Oracle.
Muchos defensores de la fuente abierta estiman que la nueva estrategia es una tácita amenaza. Temen que la firma exija regalías a los proveedores y usuarios de programas tipo Linux o similares. Quienes no las paguen, quedarán expuestos a acciones judiciales. “Aún no iniciaron ninguna, pero pronto lo harán”, pronostica Daniel Ravicher, director de la Public Patent Foundation. Esta entidad solicitó en abril a la dirección federal de Marcas y Patentes (EE.UU.) revocar el sistema de patentamiento empleado por Microsoft.
En realidad, ese sistema copia al de IBM. Ocurre que Marshall Phelps, ex director del tema en Big Blue, ingresó a Microsoft para cumplir iguales funciones y aplicar las mismas políticas. Según un trabajo de Intel, en la década 1994-2003, el registro norteamericano de marcas y patentes en software pasó de un millón a casi cuatro millones anuales.
Aunque todavía no ha habido demandas, la gente adicta a sistemas operativos de fuentes abierta (Linux y otros) teme que el gigante abandone su tradicional bajo perfil jurídico y litigue para usufructuar patentes “dormidas”. Esto sería resultado de las graves sanciones impuestas, en primera instancia, por la Comisión Europea -a punto de apelarse- y consiguientes cambios en el modelo de negocios.
En verdad, la empresa ha confirmado que pondrá en práctica una política pro licenciamiento oneroso de patentes, como reacción a exigencias de reguladores a ambos lados del Atlántico. Algunos califican esto de represalia. Sea como fuere, Microsoft piensa licenciar, incialmente, más de cien patentes.
La compañía ya ofrece licencias que comportan regalías, tanto a socios como a rivales. Eso incluye vendedores de software para sistemas de fuente abierta, vistos por Gates como la máxima amenaza a sus negocios. La nueva táctica echa una nueva e inquietante luz sobre los recientes, presurosos arreglos extrajudiciales con competidores como Sun Microsystems y Oracle.
Muchos defensores de la fuente abierta estiman que la nueva estrategia es una tácita amenaza. Temen que la firma exija regalías a los proveedores y usuarios de programas tipo Linux o similares. Quienes no las paguen, quedarán expuestos a acciones judiciales. “Aún no iniciaron ninguna, pero pronto lo harán”, pronostica Daniel Ravicher, director de la Public Patent Foundation. Esta entidad solicitó en abril a la dirección federal de Marcas y Patentes (EE.UU.) revocar el sistema de patentamiento empleado por Microsoft.
En realidad, ese sistema copia al de IBM. Ocurre que Marshall Phelps, ex director del tema en Big Blue, ingresó a Microsoft para cumplir iguales funciones y aplicar las mismas políticas. Según un trabajo de Intel, en la década 1994-2003, el registro norteamericano de marcas y patentes en software pasó de un millón a casi cuatro millones anuales.