El camino se les ha puesto peligroso para las grandes empresas tecnológicas (Big Tech) que ahora deben sortear un entorno regulatorio más duro en Gran Bretaña, Estados Unidos, Europa y muchos otros.
En Gran Bretaña, las van a vigilar de cerca si intentan fagocitarse rivales más pequeñas, según el informe que acaba de publicar la comisión gubernamental para la competencia digital . Además, tendrán que compartir catos con otras firmas y facilitarles a los usuarios el traslado a otros competidores si así lo desean. .
En Estados Unidos si Elizabeth Warren es electa presidente y logra su cometido, las compañías de Big Tech serán tratadas como servicios públicos y podrían ser desmembradas, como lo fueron AT&T o Standard Oil.
Más inmediatamente, podrían ser penalizadas en Europa. Bruselas está a punto de multar a Google por obstaculizar a posibles anunciantes de buscadores rivales. Spotify hizo una denuncia antimonopólica ante la UE acusando a Apple de abusar de su dominio del Apple Store para favorecer a su propio servicio Apple Music. Su director, Daniel Ek, advirtió que subiría los precios si Apple continúa cobrándole 30 centavos por usar el App Store.
Hay muchas herramientas para impedir que los líderes tecnológicos desplacen injustamente a competidores nuevos y la queja de Spotify señala una de ellas.