lunes, 23 de diciembre de 2024

Nintendo saltó al iPhone

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Nintendo, finalmente, llevó un juego a la pantalla del iPhone: Mario. La app, llamada “Super Mario Run” llegó al Apple Stores el jueves. Los fans de Nintendo llevaban largo tiempo esperando que esto sucediera.

A Nintendo le costó muchos esfuerzo hacer la conversión, pero había que debía hacerlo por la enorme cantidad de gente que se sumó a los juegos cuando éstos fueron incorporados a los teléfonos. El éxito de Pokémon Go lo puso en evidencia.

Al hacer un juego móvil Nintendo piensa por primera vez en una audiencia más allá de su propio hardware. Los diseñadores han combinado de manera equilibrada la nostalgia del clásico juego con la novedad de la pantalla táctil.

No hay un resumen válido para Super Mario Run’ y poco o nada tiene que ver eso con que esto sea el primer juego de Nintendo en móviles y haya que dedicarle más líneas de la cuenta. Mario es un juego de matices que es difícil apreciar de una forma categórica. Es, digámoslo de este modo, un juego especial.

El modo gratuito

Tras unos segundos de descarga de la aplicación desde una versión con iOS 8.0 o posterior, el logo de Nintendo y un fondo rojo sirven de preámbulo. La emoción se trunca unos segundos más cuando tras ello el juego empieza a descargar todo lo que le queda, pero por suerte Nintendo abandona aquí toda la parafernalia de mensajitos y presentaciones eternas para lanzarnos de cabeza a lo que de verdad importa, ver si ‘Super Mario Run’ en su versión gratuita es lo que esperábamos para comprobar si decidimos pasar por caja y pagar los 10 dólares que cuesta desbloquear el juego completo.

Su estructura se centra principalmente en tres apartados: los Mundos del modo campaña, en concreto 6 de cuatro niveles cada uno de entre 60 y 90 segundos de duración, las Carreras en las que podemos competir contra otros usuarios para ganar Toads de diferentes colores en base a las monedas que recogemos y Mi reino, donde podremos aprovechar las monedas y Toads conseguidos para comprar desde artículos de decoración hasta tuberías que nos lleven a niveles secretos.

 

De forma gratuita el juego nos permite acceder a los tres primeros niveles (nos quedamos con las ganas de luchar contra el primer jefe) y competir en las Carreras relativas a ese primer grupo de escenarios.

 

Digamos que, de alguna forma, podemos disfrutar de Mario todas las veces que queramos tras completar los primeros niveles al 100% y competir con amigos o usuarios de la red todas las veces que queramos.

 

De hecho podremos almacenar una cantidad de Toads demenciales y empezar a dar forma a nuestro reino, pero sólo de forma controlada. La cuestión es que los Toads rojos sólo permitirán construir unas pocas edificaciones, siendo necesarios los de otros colores para adquirir las más jugosas que darán paso a nuevos personajes o secretos. La “trampa“, por llamarlo de alguna forma, es que sólo hasta superar el segundo mundo podremos acceder a carreras de otros niveles en las que competir por Toads de otros colores.

 

La jugada es fantástica porque, con poco que disfrutes de la mecánica básica de juego y tengas cierto espíritu completista, las ansias a la hora de pasar por caja son casi irrefrenables. Me gusta y quiero más, y rápidamente pierdes el foco de si te seguirá gustando o será lo suficientemente largo para amortizar esos 10 dólares que estás dispuesto a gastar.

 

La gran desventaja de Super Mario Run es que, en su versión gratuita, es muy corto. Te lleva solo tres niveles y con eso ni siquiera llegamos al primer castillo. Para la versión c0mpleta , como ya se ha dicho, hay que pagar US$ 10.

 

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