Napster se alejaría del peligro de cierre

La jueza federal Marilyn Hall Patel, del noveno distrito en San Francisco, indicó que el plazo entrará en vigor cuando las discográficas entreguen las listas de piezas musicales que deseen excluir del intercambio gratuito de grabaciones.

7 marzo, 2001

(EFE).- La orden judicial para que Napster impida, en el plazo de 72 horas, el intercambio de canciones sujetas a derechos de propiedad intelectual pareció contentar ayer (martes 6) a la industria discográfica, aunque quizá, el ganador a largo plazo podría ser Napster.

La jueza federal Marilyn Hall Patel, del noveno distrito en San Francisco, indicó que el plazo entrará en vigor desde el momento en que las empresas grabadoras entreguen las listas de piezas musicales que quieren que sean excluidas del servicio de intercambio gratuito de grabaciones.

La Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAA por su sigla en inglés), indicó en un comunicado su satisfacción porque “el tribunal del distrito actuó tan rápidamente al emitir este interdicto exigiendo a Napster que retire de su sistema obras que se copian ilegalmente”.

Pero la orden de la jueza sigue, casi textualmente, lo que los abogados de la compañía de Internet habían solicitado ante la jueza el pasado viernes.

Lo más gratificante para los cerca de 60 millones de personas que utilizan el servicio de Napster es que el último veredicto de la jueza Hall deja muchas puertas abiertas para que continúe sin mayores problemas el intercambio gratuito en Internet de canciones en formato MP3.

En las últimas horas, Napster ha puesto en marcha un programa que identifica títulos de canciones y autores en los archivos que se distribuyen mediante sus servidores.

En principio, el programa lee la información incluida en los archivos MP3 y que normalmente son el título original de la canción, el artista y a veces el álbum del cual procede la grabación.

El programa compara esos datos con la lista de canciones prohibidas y en el caso de que encuentre datos coincidentes, el archivo ilegal no aparecerá en las pantallas de la computadora de quienes buscan esa canción, lo que de hecho impide su distribución.

Esa lista, con miles de artistas y decenas de miles de títulos, según la decisión de la jueza Hall y tal y como Napster quería, tiene que proporcionarla la RIAA, descargando en gran parte el trabajo de la empresa de Internet.

Uno de los problemas para RIAA es que el programa filtro puesto en marcha por Napster hasta el momento no es totalmente seguro y las pequeñas variaciones en los títulos o nombres de los artistas escapan de control.

Por ejemplo, si la lista de RIAA incluye el nombre del grupo Metallica, uno de los más críticos contra Napster, hasta el momento simplemente una pequeña modificación a Metalica, evitaría el filtro de Napster.

Pero incluso en el caso de que el programa de filtración de canciones se perfeccione en el futuro, las posibilidades de evitarlo parecen en estos momentos enormes, por no hablar de otros servicios de Internet como Napster pero que no pueden ser tan fácilmente bloqueados por una decisión judicial.

Ya que son muchos particulares los que convierten canciones, ya sea procedentes de un CD, un casete o un disco de vinilo, al formato MP3 gracias a numerosos programas legales que existen en el mercado, son esos mismos particulares los que introducen la información de la canción en los archivos que luego se comparten en Internet.

Una de las formas más sencillas de evitar el filtro de Napster sería nombrar los archivos con títulos falsos, por ejemplo números.

Al mismo tiempo, una página de Internet podría proporcionar listados en los que se identificaría los archivos numerados con el verdadero contenido del MP3.

Si alguien quisiese distribuir Yesterday de los Beatles a través de Napster bastaría con renombrar el archivo como “123” e identificar en una página de Internet independiente ese archivo como la famosa canción del grupo de Liverpool.

Napster estaría cumpliendo con la orden de la jueza Patel, pero los aficionados seguirían distribuyendo las canciones que RIAA quiere fuera del sistema.

(EFE).- La orden judicial para que Napster impida, en el plazo de 72 horas, el intercambio de canciones sujetas a derechos de propiedad intelectual pareció contentar ayer (martes 6) a la industria discográfica, aunque quizá, el ganador a largo plazo podría ser Napster.

La jueza federal Marilyn Hall Patel, del noveno distrito en San Francisco, indicó que el plazo entrará en vigor desde el momento en que las empresas grabadoras entreguen las listas de piezas musicales que quieren que sean excluidas del servicio de intercambio gratuito de grabaciones.

La Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAA por su sigla en inglés), indicó en un comunicado su satisfacción porque “el tribunal del distrito actuó tan rápidamente al emitir este interdicto exigiendo a Napster que retire de su sistema obras que se copian ilegalmente”.

Pero la orden de la jueza sigue, casi textualmente, lo que los abogados de la compañía de Internet habían solicitado ante la jueza el pasado viernes.

Lo más gratificante para los cerca de 60 millones de personas que utilizan el servicio de Napster es que el último veredicto de la jueza Hall deja muchas puertas abiertas para que continúe sin mayores problemas el intercambio gratuito en Internet de canciones en formato MP3.

En las últimas horas, Napster ha puesto en marcha un programa que identifica títulos de canciones y autores en los archivos que se distribuyen mediante sus servidores.

En principio, el programa lee la información incluida en los archivos MP3 y que normalmente son el título original de la canción, el artista y a veces el álbum del cual procede la grabación.

El programa compara esos datos con la lista de canciones prohibidas y en el caso de que encuentre datos coincidentes, el archivo ilegal no aparecerá en las pantallas de la computadora de quienes buscan esa canción, lo que de hecho impide su distribución.

Esa lista, con miles de artistas y decenas de miles de títulos, según la decisión de la jueza Hall y tal y como Napster quería, tiene que proporcionarla la RIAA, descargando en gran parte el trabajo de la empresa de Internet.

Uno de los problemas para RIAA es que el programa filtro puesto en marcha por Napster hasta el momento no es totalmente seguro y las pequeñas variaciones en los títulos o nombres de los artistas escapan de control.

Por ejemplo, si la lista de RIAA incluye el nombre del grupo Metallica, uno de los más críticos contra Napster, hasta el momento simplemente una pequeña modificación a Metalica, evitaría el filtro de Napster.

Pero incluso en el caso de que el programa de filtración de canciones se perfeccione en el futuro, las posibilidades de evitarlo parecen en estos momentos enormes, por no hablar de otros servicios de Internet como Napster pero que no pueden ser tan fácilmente bloqueados por una decisión judicial.

Ya que son muchos particulares los que convierten canciones, ya sea procedentes de un CD, un casete o un disco de vinilo, al formato MP3 gracias a numerosos programas legales que existen en el mercado, son esos mismos particulares los que introducen la información de la canción en los archivos que luego se comparten en Internet.

Una de las formas más sencillas de evitar el filtro de Napster sería nombrar los archivos con títulos falsos, por ejemplo números.

Al mismo tiempo, una página de Internet podría proporcionar listados en los que se identificaría los archivos numerados con el verdadero contenido del MP3.

Si alguien quisiese distribuir Yesterday de los Beatles a través de Napster bastaría con renombrar el archivo como “123” e identificar en una página de Internet independiente ese archivo como la famosa canción del grupo de Liverpool.

Napster estaría cumpliendo con la orden de la jueza Patel, pero los aficionados seguirían distribuyendo las canciones que RIAA quiere fuera del sistema.

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