<p>Pero el Kin murió demasiado pronto poniendo de manifiesto la dificultad que tiene Microsoft para sacar productos para la juventud. El único de los productos que triunfa en el ámbito de dispositivos para el consumo masivo es la Sbox 360. <br />
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Pero a apenas dos meses que el Kin llegara a las tiendas, Microsoft dijo que mataría todos los productos de la línea. <br />
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“Es un final increíblemente rápido para un producto”, dijo Michael Cronan, uno de los diseñadores que colaboró en productos como el Kindle para Amazon y el TiVo. “Me parece que se equivocaron”. <br />
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La debacle del Kin es un reflejo de la lucha de Microsoft por entregar lo que quiere la generación más joven, obsesionada con la tecnología. Y esas dificultades se deben en parte a que Microsoft está perdiendo su capacidad para atraer e interesar a desarrolladores de software. Esa gente se interesa hoy más por Apple o por Google.<br />
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Mientras tanto, las empresas que hacen tecnología para jóvenes se apoyan en negocios de fuente abierta más que en productos de Microsoft. Los estudiantes jóvenes, que pronto saldrán a buscar trabajo, ya han adoptado como normal el software de fuente abierta. <br />
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Microsoft y el malogrado Kin
Ejecutivos y técnicos de Microsoft se pasaron dos años creando una nueva línea de teléfonos inteligentes. Buscaban nombres atractivos, diseños elegantes con énfasis en características de redes sociales y una fenomenal campaña de marketing que pretendía probar que Microsoft podía elaborar el producto adecuado para los adolescentes más exigentes.