Eso significa la intención de llevar al campo de batalla tecnología de próxima generación. Microsoft tendrá que fabricar por lo menos 120.000 cascos con “Integrated Visual Augmentation System”, que ayudarán a capacitar a los soldados en la detección de objetivos y alertas sobre posibles amenazas.
El ejército ha dicho que el contrato es por cinco años con opción a extenderse por otros cinco. Microsoft ha estado trabajando con el ejército durante dos años en el prototipo de un producto que mejora los actuales smartglasses. Sus acciones subieron 2% luego del anuncio.
El general James McConville dijo a finales del año pasado durante una prueba de los cascos Microsoft que las antiparras para mejorar la visión nocturna habían conducido a un nuevo sistema que “cambiará la forma en que actuamos”.
Los cascos futuristas están preparados para entornos de combate urbano para que los soldados puedan entrenar, ensayar y combatir en la oscuridad. Las antiparras ayudan a encontrar los objetivos con tecnología de realidad aumentada para superponer imágenes sobre el terreno que los soldados tienen enfrente. Les permiten ver a través de paredes defensivas y observar todos los rincones sin tener que moverse del lugar.
También están conectados, de modo que los comandantes desde la base pueden ver lo que están viendo los soldados y a su vez los soldados pueden recibir las imágenes captadas por drones desde l aire. Las computadoras móviles, que están equipadas con chips de inteligencia artificial, también siguen en tiempo real los ojos y las manos de los soldados y vigilan lo que dicen.
Durante la pandemia, los desarrolladores también usaron esas antiparras para tomar la temperatura de los soldados. Algunos llaman a esas antiparras “FrankenGoogles”, o antiparras Frankenstein.