En síntesis, dice que las máquinas inteligentes no son tan inteligentes como muchos creen. Que se harán cargo de las partes de los trabajos que no nos gustan y dejarán lugar para trabajo más interesante.
La automatización liberará a los seres humanos de la necesidad de realizar tareas específicas- Hay muchísimas tareas que a la gente no le gusta hacer: entregar recibos de reembolso, organizar reuniones, reservar vuelos, etc.
El argumento de que “los robots nos van a robar los trabajos” presupone que los seres humanos no son lo suficientemente inteligentes para inventar nuevos negocios y nuevos trabajos. Pero cuando la industrialización mató las tareas agrícolas que empleaban a casi tres cuartas partes de la población de la época, la gente imaginó nuevas formas de mantener a la gente trabajando. Construyeron caminos, aviones para volar, inventaron computadoras y millones de negocios vieron la luz en entretenimiento, salud y educación.
Marc Andreessen , un capitalista de riesgo, afirma que tiene mucha fe en la gente y que todavía no ha visto nada que avale tanto pesimismo. “La gente de hace 100 años”, dice, “se maravillaría si viera los trabajos que hacemos ahora”.
El debate entre inteligencia artificial (o sea, máquinas que nos reemplacen) versus inteligencia aumentada (o sea, máquinas que nos ayuden) lleva décadas. Las primeras eliminan al ser humano, las otras lo ayudan a desempeñarse mejor. Ese debate está mal planteado. Las dos ideas no son excluyentes. La IA puede hacer algunas cosas mucho mejor que los seres humanos. Pero también es cierto que cuando IA comience a hacer esas cosas, nos hará mejores en lo que hagamos y seremos mejores en “ser humanos”.
Al liberarnos de las tareas desagradables que muchas veces nos veíamos obligados a hacer, IA nos permitirá enfocarnos en las cosas que forman el núcleo de nuestra tarea: eso que sólo nosotros, como seres humanos, podemos hacer.
Esto quiere decir que para triunfar en el futuro de máquinas inteligentes vamos a tener que redoblar nuestra humanidad. Las habilidades técnicas seguirán siendo importantes para el futuro del trabajo, pero la delantera la tomarán las habilidades blandas, como la comunicación, la inteligencia emocional, la creatividad, el pensamiento crítico, la colaboración y la flexibilidad cognitiva serán las habilidades más buscadas. Habrá que prender a contar una historia, a vender, a crear. Y la educación se deberá aggiornar para preparar a los estudiantes para ese futuro.
