Los médicos comienzan a visitar por mail

Con idea de aumentar eficiencia y reducir costos, las mutuales y grupos de medicina prepaga en Estados Unidos comienzan a pagarle a los médicos por responder e-mails así como ahora les pagan por atender en consultorio.

2 marzo, 2005

Aunque hace ya unos cuantos años que muchos médicos usan el e-mail
para comunicarse informalmente con sus pacientes, pero hasta ahora nunca les habían
pagado por ese servicio.

Muchas cosas se simplifican por e-mail. Por ejemplo, quien esté tomando
una medicación y necesite saber si debe interrumpirla o seguir con ella;
quien quiera comentar los efectos que le produce un determinado tratamiento; quien
tenga dudas sobre los efectos que le produce una droga, etc, etc. Para eso, el
procedimiento actual lo conocemos todos: primero llamar por teléfono, pedir
turno, esperar el día concertado, ir al consultorio, esperar lo que haga
falta y luego, finalmente, hablar con el médico escritorio por medio. La
alternativa es llamar y hacer la consulta por teléfono, pero también
conocemos las esperas consabidas.

El e-mail es más rápido, más barato y mucho más eficiente.
Blue Shield de California paga a sus médicos US$ 25 por cada intercambio
online, lo mismo que les paga por una visita en consultorio. Algunas aseguradoras
pagan algo menos por la actividad e-mail, y algunas mutuales le cobran a sus pacientes
entre US$ 5 y US$ 10 en concepto de un pago que comparten con los médicos.

A los profesionales les resulta muy conveniente. Por ese medio atienden post-operatorios,
dietas, cambio de medicación y otros temas que se pueden manejar sin riesgo
alguno y rápidamente sin la demora de la visita o las esperas en el teléfono.
Y así les queda más tiempo para dedicar a las personas que necesitan
ser atendidas de cuerpo presente.

A los pacientes, el e-mail les permite enviar al médico sus preguntas durante
la noche, sin perder horas de trabajo o tiempo en la sala de espera. Muchos dicen
que prefieren el ir y venir de cartas, que se escriben en un modo más relajado
y les hacen sentir más cercanía con el facultativo.

También les permite usar conexiones de e-mail – a las que acceden mediante
sitios seguros – para obtener los resultados de sus radiografías y solicitar
renovación de recetas. A los médicos no les pagan estos servicios,
pero igualmente ahorran tiempo en sus consultorios.

Todo esto es importante por otra razón. Médicos y especialistas
en tecnología sanitaria creen que podría acelerar la conversión
hacia los sistemas electrónicos de información sanitaria, necesarios
según el gobierno para reducir errores médicos y fomentar una mejor
atención.

Doctores y aseguradoras dicen que las consultas online pueden ser especialmente
útiles para pacientes con enfermedades crónicas como diabetes, asma
y afecciones cardíacas. Una de las grandes ventajas de estos mensajes es
que el paciente dice lo que tiene que decir (en forma escrita) en un ambiente
menos tenso que el consultorio del profesional, y eso le da más control.

Los médicos que utilizan servicios de mensajería médica están
obligados a limitar sus respuestas a los temas adecuados y, bajo las reglas establecidas,
sólo contestan a pacientes que ya han sido examinados en el consultorio.

Con respecto a los juicios por mala praxis médica, este tipo de comunicación
servirá de elemento protector para la profesión médica. Denuncias
hechas sobre la base de conversaciones telefónicas no documentadas son
muy difíciles de refutar.

Muchas de las mutuales que fomentan la consulta por Internet también están
introduciendo sistemas electrónicos para llevar las historias clínicas
del paciente y enviar recetas a la farmacia. Para los médicos que atienden
por su cuenta en consultorios privados y que hasta ahora dudaban en invertir en
sistemas computarizados, la consulta por e-mail puede ser un primer paso para
entrar al mundo de la infotecnología de la salud.

Aunque hace ya unos cuantos años que muchos médicos usan el e-mail
para comunicarse informalmente con sus pacientes, pero hasta ahora nunca les habían
pagado por ese servicio.

Muchas cosas se simplifican por e-mail. Por ejemplo, quien esté tomando
una medicación y necesite saber si debe interrumpirla o seguir con ella;
quien quiera comentar los efectos que le produce un determinado tratamiento; quien
tenga dudas sobre los efectos que le produce una droga, etc, etc. Para eso, el
procedimiento actual lo conocemos todos: primero llamar por teléfono, pedir
turno, esperar el día concertado, ir al consultorio, esperar lo que haga
falta y luego, finalmente, hablar con el médico escritorio por medio. La
alternativa es llamar y hacer la consulta por teléfono, pero también
conocemos las esperas consabidas.

El e-mail es más rápido, más barato y mucho más eficiente.
Blue Shield de California paga a sus médicos US$ 25 por cada intercambio
online, lo mismo que les paga por una visita en consultorio. Algunas aseguradoras
pagan algo menos por la actividad e-mail, y algunas mutuales le cobran a sus pacientes
entre US$ 5 y US$ 10 en concepto de un pago que comparten con los médicos.

A los profesionales les resulta muy conveniente. Por ese medio atienden post-operatorios,
dietas, cambio de medicación y otros temas que se pueden manejar sin riesgo
alguno y rápidamente sin la demora de la visita o las esperas en el teléfono.
Y así les queda más tiempo para dedicar a las personas que necesitan
ser atendidas de cuerpo presente.

A los pacientes, el e-mail les permite enviar al médico sus preguntas durante
la noche, sin perder horas de trabajo o tiempo en la sala de espera. Muchos dicen
que prefieren el ir y venir de cartas, que se escriben en un modo más relajado
y les hacen sentir más cercanía con el facultativo.

También les permite usar conexiones de e-mail – a las que acceden mediante
sitios seguros – para obtener los resultados de sus radiografías y solicitar
renovación de recetas. A los médicos no les pagan estos servicios,
pero igualmente ahorran tiempo en sus consultorios.

Todo esto es importante por otra razón. Médicos y especialistas
en tecnología sanitaria creen que podría acelerar la conversión
hacia los sistemas electrónicos de información sanitaria, necesarios
según el gobierno para reducir errores médicos y fomentar una mejor
atención.

Doctores y aseguradoras dicen que las consultas online pueden ser especialmente
útiles para pacientes con enfermedades crónicas como diabetes, asma
y afecciones cardíacas. Una de las grandes ventajas de estos mensajes es
que el paciente dice lo que tiene que decir (en forma escrita) en un ambiente
menos tenso que el consultorio del profesional, y eso le da más control.

Los médicos que utilizan servicios de mensajería médica están
obligados a limitar sus respuestas a los temas adecuados y, bajo las reglas establecidas,
sólo contestan a pacientes que ya han sido examinados en el consultorio.

Con respecto a los juicios por mala praxis médica, este tipo de comunicación
servirá de elemento protector para la profesión médica. Denuncias
hechas sobre la base de conversaciones telefónicas no documentadas son
muy difíciles de refutar.

Muchas de las mutuales que fomentan la consulta por Internet también están
introduciendo sistemas electrónicos para llevar las historias clínicas
del paciente y enviar recetas a la farmacia. Para los médicos que atienden
por su cuenta en consultorios privados y que hasta ahora dudaban en invertir en
sistemas computarizados, la consulta por e-mail puede ser un primer paso para
entrar al mundo de la infotecnología de la salud.

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