Ahora que la internet ha dejado de ser novedad para convertirse en necesidad es difícil imaginar cómo vamos a protegernos en un mundo híperconectado.
Las ciudades inteligentes van a llevar la conectividad actual todavía un paso más adelante y la internet de las cosas formará parte de toda la infraestructura. Entre las posibilidades están las luces de la vía pública según la presencia o ausencia de personas (que detectarán por la presencia o ausencia de smartphones) y las guías virtuales para ancianos extraviados.
Pero todas esas comodidades tendrán su costo. Cuando más inteligente sea una ciudad más amplia será la superficie atacable. A Mariarosaria Taddeo, investigadora del Oxford Internet Institute le preocupa el efecto que esas redes complejas tengan sobre la cíber seguridad. “Con cada conexión adicional ma´s difícil se hace saber dónde aparece una vulnerabilidad”.
La inteligencia artificial es una parte fundamental del desarrollo futuro de la cíber seguridad. Pero también esa tecnología es una espada de doble filo: mientras los expertos en seguridad usan los últimos avances en ese campo para identificar y responder a los peligros los chackers usan la misma tecnología para encontrar los puntos débiles.
En las ciudades inteligentes, el campo para la disrupción es inmenso. No es impensable que los hackers puedan controlar la infraestructura fundamental y poner la provisión de agua o de electricidad en manos de delincuentes.
