domingo, 22 de diciembre de 2024

Los datos, el combustible de la conducción automática

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El ecosistema automotor tiene la oportunidad de usar los datos para generar ideas, tomar medidas relativas a nuevas oportunidades de negocio y crear un mundo más seguro. *Por Brian Krzanich, CEO de Intel Corporation

El mundo de hoy funciona a base de petróleo – para calefacción y refrigeración de nuestras casas y viabilizar casi todas las formas de transporte. Trate de conducir un coche hoy en día sin productos a base de petróleo y no llegará lejos. Sin petróleo, el motor del coche se recalienta, pistones y anillos se fusionan a las paredes del cilindro, surgen fisuras en el bloque del motor. Se podría decir que el petróleo es la tecnología clave que posibilita el mundo automotor que conocemos hoy, pero todo esto está a punto de cambiar.

 

Cuando se trata del coche del futuro y experiencias de conducción automatizada, sin embargo, los datos son literalmente el nuevo petróleo. Los datos tienen el poder de cambiar radicalmente nuestra forma de pensar sobre la experiencia de conducción: como consumidores, como fabricantes de automóviles, como tecnólogos y como ciudadanos de nuestras comunidades.

De hecho, como tecnólogo, una de las tendencias que considero más disruptiva para casi todos los sectores es la enorme inundación de datos impulsada por la proliferación de dispositivos inteligentes y conectados.

 

Piénselo de esta manera.

 

Hoy día, creemos que vivimos en un mundo inundado de datos, pero en comparación con el futuro, la cantidad actual de datos es relativamente pequeña. En 2016, una persona genera 650MB de datos al día – a través del uso de sus PC, teléfonos móviles y accesorios personales. Hasta 2020, las proyecciones muestran que una persona generará 1,5 GB de datos al día. Es un impresionante aumento de 200% en menos de cuatro años – pero es insignificante en comparación con lo que estamos a punto de ver en vehículos autónomos.

 

En un vehículo autónomo, tenemos cámaras, radares, sonares, GPS y LIDAR – componentes tan esenciales para esta nueva forma de conducción como pistones, anillos y bloques de motor. Las cámaras generarán 20-60 MB; los radares generarán más de 10 kB; los sonares, 10-100 kB; el GPS funcionará a 50 kB; y LIDAR (un método para detectar, medir y mapear con rayo láser) oscilarán entre 10-70 MB. Con esos números, cada vehículo autónomo generará aproximadamente 4.000 GB – o 4 terabytes – de datos al día.

 

Cada coche autónomo generará el equivalente a casi 3.000 personas. Extrapole esos números aún más y piense cuántos coches están en las rutas. Vamos a estimar sólo 1 millón de coches autónomos en todo el mundo – eso significa que la conducción automatizada será equivalente a los datos de 3.000 millones de personas.

 

Al igual que el petróleo ha transformado nuestro mundo en el último siglo, los datos van a transformar nuestro mundo en los siguientes cien años – y más allá.

 

El ecosistema automotor tiene la oportunidad de usar los datos para generar ideas, tomar medidas relativas a nuevas oportunidades de negocio y crear un mundo más seguro y menos conflictivo. Echemos un vistazo a tres tipos de datos y el valor que van a crear.

 

El primero, y quizás el más obvio, son los datos técnicos – o datos “inside-out” (datos que se generan adentro del coche sobre el mundo exterior). Esos datos provienen de los sensores del coche que interpretan la diferencia entre un niño o un animal, una rama caída o un cono de tránsito y orientan las decisiones externas y los movimientos del coche. Esos datos consumen una increíble cantidad de potencia de cálculo y quien tenga los mejores datos podrá desarrollar las mejores herramientas de inteligencia artificial para aprendizaje automático, algoritmos de aprendizaje profundo y análisis de datos.

 

Con relación al segundo tipo, vamos a ver el surgimiento de datos sociales y de crowdsourcing – o “outside-in“. Datos del entorno que rodea al vehículo, tales como los datos del tránsito que influyen en cómo el coche va del punto A al punto B, y cómo puede cambiar de rumbo al punto C. La aplicación Waze es hoy un buen ejemplo de datos outside-in. Indudablemente, quien tenga más datos podrá desarrollar las mejores aplicaciones.

 

Por último, están los datos personales. Son datos que surgen de verificar cuántas personas están en el coche, cuáles son las preferencias musicales de cada pasajero o incluso qué tiendas o marcas prefieren los pasajeros y cuándo el vehículo está cerca de ellas, etc. Los accesorios “wearables” y otros sensores también pueden supervisar comportamiento, atención, estado emocional y datos biométricos para aumentar la seguridad. Quien tenga más datos personales podrá desarrollar y brindar la mejor experiencia al usuario.

 

Datos: la nueva moneda del mundo automotor 

 

No basta con recoger datos. Luego habrá que convertirlos en un conjunto de acciones concretas para generar todo el valor posible. Para eso, es necesario tener una solución informática completa, desde los coches hasta las redes y la nube – y buena conectividad.

Intel está abocada a acelerar la conducción automática, ofrecer soluciones completas y liderar en la próxima generación de transformaciones computacionales.

Hacia el futuro, el ecosistema automotor debe abordar tres retos en lo que se refiere a datos: la dimensión de los conjuntos de datos, el ciclo del desarrollo de inteligencia para procesar datos y la seguridad. Y para superar estos retos, fabricantes y proveedores deben lograr escalabilidad – ellos necesitan un medio para colaborar entre sí, compartir y aprender sin perder sus posiciones competitivas.

 

Intel Capital ha comprometido más de US$250 millones en nuevas inversiones durante los próximos dos años para hacer realidad la conducción autónoma. La compañía se compromete a brindar soluciones completas que generen ideas y valor a partir de los datos.

 

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