Las cámaras instaladas para hacer el seguimiento de la mirada, lo suficientemente pequeñas como para ser instaladas en unas antiparras, son capaces de detectar los minúsculos cambios en la dilatación de la pupila, la dirección de la mirada y el enfoque. Si prende la nueva generación de anteojos inteligentes muy pronto podríamos estar usándolas.
Si bien todavía está en pañales la tecnología de seguimiento de los ojos, seguramente va a generar muchos planteos sobre privacidad. La situación se parece a lo que ocurrió hace algunos años con el reconocimiento facial. El potencial que tenía la tecnología de debilitad la privacidad era evidente aun antes de que se difundiera.
Lo que significa el seguimiento de los ojos deja chiquito al reconocimiento facial. No solamente puede onocer lo que miramos. Al registrar también la dilatación de la pupila puede, mediante la dilatación de la pupila, evaluar nuestra reacción emocional.
Avi-Bar Zeev, un veterano en el campo de la realidad aumentada, dice que hay una oportunidad de hacerle frente a esta tecnología antes de que se aplique. La información que da el ojo, advierte, son tan sensibles que deberían ser protegidos de la misma forma que la Unión europea protege los datos biométricos o Estados Unidos protege las historias clínicas.
