La internet de las cosas y los servicios transforma el mundo

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 La conexión en red a través de internet es una de las tendencias globales más potentes. La ampliación extraordinaria de servicios y datos que ofrece hoy día internet está generando un quiebre tecnológico orientado a transformar los modelos comerciales y simplificar la vida de las  personas.

Por Augusto Canguçu*

En el futuro cada vez más dispositivos y sistemas serán capaces de enviar y recibir datos a través de internet. Estimamos que para 2025, 50 mil millones de aplicaciones y sistemas podrán intercambiar datos y sincronizarse unos con otros sin la intervención de seres humanos.

 

Internet tal como la conocemos hasta ahora ha sido una plataforma para el intercambio directo entre personas. Pero la tecnología de sensores y los minúsculos componentes informáticos hicieron posible que hoy cualquier objeto pueda unirse y comunicarse vía internet. Las cosas que alguna vez fueron mudas e inanimadas, ahora pueden participar en ese gran concierto al que llamamos vida. Eso es lo que se conoce como “internet de las cosas y de los servicios”.

 

Nuevas funciones y modelos comerciales

 

Tomemos el caso de los sensores MEMS (micro sistemas lectromecánicos). Su  tamaño no supera unos pocos milímetros, pero tienen un potencial enorme. Contienen estructuras microscópicas con capacidad para medir la aceleración, la presión de aire, el sonido, la temperatura o el campo magnético de la Tierra. Están equipados con una batería miniatura y una pequeña interfaz de radio. Permiten que cualquier objeto de uso diario se pueda conectar a internet para poder así informar su estado cada vez que se lo solicite.

 

Consideremos, por ejemplo, el beneficio para la industria logística. Estos sensores permiten que las partes almacenadas en un depósito comuniquen su número y ubicación a través de internet. Mientras tanto, los sensores de aceleración incorporados a maquinaria delicada podrán confirmar en cualquier momento que no hubo ningún tipo de exposición  a vibraciones durante el transporte. Más aún, si un cajón de embalaje equipado con este tipo de sensor sufre alguna caída, gracias a internet el sensor puede enviar un correo electrónico de advertencia a la empresa desde cualquier lugar del mundo.

 

¿Cuándo empezaremos a experimentar una Internet de las cosas y de los servicios en la vida diaria?

 

La pregunta no es si el mundo real y el mundo virtual se unirán gracias a este tipo de sensores. La pregunta es simplemente cuándo va a suceder. Y la respuesta es: ahora mismo. Las computadoras son cada vez más pequeñas y por lo tanto ya no están visibles en los productos. Los dispositivos se conectan en red unos con otros en forma automática. Muchas de las aplicaciones actuales ya son tan familiares que ni siquiera nos detenemos a pensar en ellas: el Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE), los sistemas de accionamiento por voz, los trajes de bombero con capacidad para reconocer diferentes tipos de gases, etc.

 

Pero este es recién el comienzo. En el futuro cada vez más dispositivos y sistemas serán capaces de enviar y recibir datos a través de internet. Hasta una simple botella de gaseosa podría compartir mucha más información con el consumidor. Los componentes informáticos prácticamente invisibles abren un sinnúmero de posibilidades para la comunicación entre un objeto y el resto del mundo.

 

El desafío para la industria

 

¿Cómo deben preparase las compañías frente a esta realidad? El desafío para la industria será pensar en los servicios, más allá de simplemente el producto. Esto provocará cambios en el diseño, en el proceso de fabricación, en las relaciones con los clientes y, en el largo plazo, en la totalidad del modelo comercial. Es decir que las empresas tienen mucho trabajo por delante.

 

Será necesaria una reorientación y trabajar sobre el tema en forma coordinada. Pero esto también es difícil, ya que en la actualidad en muchas áreas no existe un mercado evidente para estos nuevos conceptos. Al mismo tiempo, las compañías tienen que testear el mercado en forma permanente, tienen que ser lo suficientemente inteligentes para probar cosas nuevas y deben tener la rapidez necesaria para comenzar a trabajar en un producto concreto. Lo crucial será tener dentro de la empresa suficiente experiencia en informática y también apostar a una mentalidad abierta, estar dispuestos a discutir nuevas ideas de manera objetiva.

*Augusto Canguçu

Director General de Robert Bosch Argentina.

 

 

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