La importancia de la eficiencia energética

Hay un cambio de paradigma en el mundo tecnológico: académicos y empresas de TI están de acuerdo en que hoy es más importante aumentar la eficiencia energética que el rendimiento en aparatos electrónicos. La ley de Koomey, acuñada por el profesor de Stanford que la ideó, establece que la eficiencia energética se duplica cada 18 meses.

16 septiembre, 2011

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No es menor el aporte que el profesor en ingenier&iacute;a civil y ambiental de la Universidad de Stanford, Jonathan Koomey, le ha hecho a la tecnolog&iacute;a. Recientemente lleg&oacute; a la conclusi&oacute;n, despu&eacute;s de analizar seis d&eacute;cadas de informaci&oacute;n, de que ya no es el poder de una computadora lo que se duplica cada 18 meses sino su eficiencia energ&eacute;tica. <br />
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Esta conclusi&oacute;n se parece la ley de Moore, as&iacute; bautizada por su el creador de Intel, Gordon Moore, que estableci&oacute; que la potencia de una computadora se duplica cada a&ntilde;o y medio. La versi&oacute;n de Koomey, sin embargo, puede resultar de importancia en el actual contexto tecnol&oacute;gico: los consumidores de tabletas y tel&eacute;fonos inteligentes est&aacute;n especialmente interesados en la eficiencia de la bater&iacute;a. <br />
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Dice Koomey que &ldquo;si la carga de datos es estable, la cantidad de bater&iacute;a necesaria se reduce por dos en un periodo de 18 meses&rdquo;. Entonces con m&aacute;s eficiencia en las bater&iacute;as, m&aacute;s aparatos m&oacute;viles y mejores aplicaciones podr&aacute;n aparecer en el mercado. <br />
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El an&aacute;lisis de Koomey fue hecho en colaboraci&oacute;n con Intel y Microsoft y examin&oacute; el consumo de energ&iacute;a en computadoras desde la construcci&oacute;n del Electronic Numeral Integrator and Computer en 1956. Esta computadora hab&iacute;a sido creada para calcular disparos de artiller&iacute;a para la armada estadounidense y era gigante: hab&iacute;a tubos en vez de transistores y consum&iacute;a 150 kilowatts de energ&iacute;a. Reducir el tama&ntilde;o de los componentes, su capacidad de almacenamiento y la comunicaci&oacute;n entre las distintas partes ayud&oacute; a mejorar la eficiencia energ&eacute;tica. <br />
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Es que el mundo de la tecnolog&iacute;a ha cambiado de paradigma: ya no importa tanto la capacidad de la computadora sino su eficiencia energ&eacute;tica. Lorie Wigle, gerente general del programa de eco-tecnolog&iacute;a de Intel, dice que desde 2006 se puede evidenciar &ldquo;un cambio&rdquo; en lo que se refiere a consumo de energ&iacute;a. &ldquo;Hist&oacute;ricamente, siempre nos hemos concentrado en un mejor rendimiento pero ahora la utilidad de la bater&iacute;a tambi&eacute;n entra en juego&rdquo;. Erik Brynjolfsson, profesor del <em>Sloan School of Management</em> en MIT comparte esta idea: &ldquo;La ley de Moore fue importante en cuanto a mejoras relacionadas con el rendimiento pero la ley de Koomey, con esta nueva tendencia de consumo de energ&iacute;a, la ha comenzado a opacar&rdquo;. <br />
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Para Koomey, lo m&aacute;s importante de esta tendencia es que abre nuevas posibilidades en el mundo de la computaci&oacute;n. En 1985, Richard Feynman hab&iacute;a estimado que la eficiencia energ&eacute;tica pod&iacute;a aumentar en 100 mil millones antes de llegar a su l&iacute;mite. Koomey estima que la eficiencia ha aumentado en 40.000. &ldquo;Hay mucho todav&iacute;a para avanzar. &ndash; finaliza Koomey- Lo que nos limita es la inteligencia, no la f&iacute;sica&rdquo;. <br />
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